¿Existe o no dentro del Partido Conservador un pulso por el poder entre quienes siguen sus lineamientos y quienes se reconocen uribistas?
Hay quienes insisten en endosarle el Partido Conservador a Uribe y a la U, el doctor Salazar entre ellos. Y hay quienes creemos que el Partido debe mantener su identidad y el carácter digno y autónomo. Tras 160 años de historia, no podemos ser apéndice de un incipiente movimiento personalista. De la misma manera como Antanas Mockus se plantó ante el intento de raponazo de Uribe a los verdes en Bogotá, puedo decir que como conservadores debemos mantener nuestra identidad, nuestra distancia y nuestro carácter.
¿Le suena asumir la presidencia del conservatismo?
No, porque veo a los parlamentarios conservadores muy arrodillados a Uribe, preparando su entrega a la U y un zarpazo al Gobierno desde el ángulo de la seguridad. Ahí, ahora, no quepo yo. Me gustaría, tal vez, promover una reforma de estatutos del Partido para lograr que el Directorio Nacional no sea fortín exclusivo de los políticos. Al Partido debe acceder gente nueva para abrir las ventanas y refrescar el ambiente. El triste balance del uribismo conservador es que de los 80 parlamentarios del Partido al entregar mi mandato, quedan apenas 50 curules.
¿Qué lectura hace de los talleres democráticos que viene adelantando el expresidente Uribe por todo el país, en los que ha anunciado que va a respaldar a candidatos de la U y del Partido Conservador?
Resulta sano que el expresidente salga a explicar, en sus propias palabras, desde las chuzadas y los falsos positivos hasta Agro Ingreso Seguro. Que explique en los talleres su financiación de los Nule con las platas de Estupefacientes. Que nos cuente por qué no dejó hacer las nuevas compuertas del Canal del Dique y por qué nos deja la Salud tan enferma. Que didácticamente explique sus pactos con las mafias y el engendro de las bacrim.
Usted puso sobre la mesa varios
nombres como candidatos fuertes del conservatismo para la Alcaldía de Bogotá. Sin embargo, es claro que la fuerza del Partido en la capital no es mucha, ¿habría que hacer alianzas o una consulta entre los partidos de la Unidad Nacional para escoger un candidato único?
Si bien no contamos con cauda electoral amarrada, contamos con muchos y muy buenos nombres. Los que tienen cauda y buscan nombres en la coalición bien podrían mirar hacia los buenos nombres del conservatismo.
Dicen que la posibilidad de que el expresidente Uribe aspire a la Alcaldía no está cancelada, ¿en caso de darse, qué piensa?
Él aspira, a pesar de no haber hecho nada por la ciudad en ocho años. Su herencia para los bogotanos es una derivación de su carrusel nacional de contratos, encabezado por los Nule. A Bogotá se la robaron, en buena parte, los monstruos de la corrupción creados por el candidato de la U.
¿Cree que con todos los dardos que desde el llamado ‘uribismo purasangre’ se le están tirando al gobierno de Juan Manuel Santos, en algún momento el presidente tendrá que marcar distancia de Uribe?
La marcó desde el primer día de su gobierno. Y le recalco que lo que usted llama ‘uribismo purasangre’ tiene un consueta.