Respuesta: Debate sobre Democracia y Elecciones en Colombia Partamos de esto: el abstencionismo es dañino para la democracia.
Obviamente es un reflejo democrático, como lo sería votar por su desaparición, porque la democracia es el único sistema, que en su perfecto estado, es enemigo de sí mismo.
Para explicarme mejor, digo que el abstencionismo es dañino para la democracia, porque cuando es mayoritario, como las estadísticas que trae a colación, deslegitima cualquier decisión que fue tomada a través de sí misma, permeando el sistema.
Ahora, la abstención puede así mismo ser un instrumento pura y perfectamente democrático cuando así se le programa, como ocurre en el caso del referendo en Colombia. El abstencionismo se transforma en una herramienta de opinión, y precisamente al lograr esa transformación (de herramienta de opinión) es que puede valerse como democrática.
Pero la pura y llana abstención, es el equivalente al silencio, y no puedo pretender un sistema democrático en el silencio.
Ahora dirán que tiene su validez y reconocimiento en la Constitución, y eso es obvio, porque nuestra Constitución pretende un sistema democrático perfecto; la Constitución también reconoce y valida la creación de partidos políticos no democráticos, pero el hecho de que sean validados y reconocidos por una Constitución democrática, no hace democráticos a esos partidos per se. Vuelvo y les reitero: la democracia es el único sistema que es enemigo de sí mismo y reconoce incluso a sus enemigos y a quienes quieren acabarla.
Por eso, a mi modo de ver, es una bofetada la que se la da a toda la tremenda lucha de este país por construir la pluralidad y la democracia, cuando no salimos a votar. Todo el sacrificio histórico que se ha hecho para que nuestra opinión, representada en un simple voto, sea escuchada y tenga sobre todo una validez, se desperdicia con la abstención.
El día de elecciones, salen todos los miembros de la fuerza pública a proteger las urnas, los accesos, las carreteras, los caminos y las veredas, para que la gente pueda ejercer su voto, pero muy cómodamente, nos quedamos en casa y no salimos a construir democracia.
El abstencionismo no construye democracia, la debilita. Jamás podré decir que construí democracia y vías de opinión a través del abstencionismo; salvo cuando así el sistema lo contempla, como en un referendo, cuando reconoce que ante la falta de participación de X cifra la consulta no es válida. |