p { margin-bottom: 0.21cm; } Hace poco tiempo adquirí un coche TT de radio control, el cual, por un defecto de un componente, se envió al Servicio Técnico del distribuidor Alberto Chaves Soler S.A. (Chaves S.A.). Reconocido por el fabricante el defecto de la pieza se sustituye en garantía. Hasta aquí perfecto. El problema surge cuando al recibir el vehículo, el día 26-01-2011, observo daños producidos en varias piezas del vehículo, probablemente por pruebas de potencia realizadas durante la estancia en las instalaciones de Chaves S.A. Inmediatamente lo pongo en conocimiento del responsable quien niega cualquier posibilidad del indicio y por consiguiente a su reposición. Para no involucrar a terceros, me persono con el coche en las instalaciones y tras pequeñas observaciones, impactos con el mismo color de pintura, etc. solicito la atención de un responsable, siendo el propio Sr. Chaves el que ignorando y menospreciando mis alegaciones, de forma prepotente, me insta a que le denuncie y si tengo suerte ya hablaríamos, de lo contrario debía pagar la mitad de la reparación. No procederé a denunciarlo a Consumo, no porque no se lo merezca, si no porque, el valor de las piezas puede suponer unos 40€ y el proceso me llevaría a mantener inmovilizado el coche durante semanas. Pero, si daré a conocer los hechos en todos aquellos medios a mi alcance para que los usuarios sepan a lo que se pueden arriesgar al comprar productos distribuidos por él. Me siento ninguneado y vulnerado en mis derechos como cliente. Yo no quiero que me regale nada, sólo que me reponga las piezas dañadas en sus instalaciones.