El hombre rana que no sabía nadar




El Gobierno de Italia financió a un libio de Seguridad Pública, para asistir a un “programa de formación en la detección y demolición de explosivos bajo el agua, en Roma”.






Se trataba de un curso regional e incluyó a estudiantes de varios países, después de varios días de clases, fueron llevados a la piscina para su primer período de sesiones prácticas en el agua.

El instructor pidió a los estudiantes ponerse las máscaras y los reguladores y entrar en la parte más profunda de la piscina, sin embargo, después de varios minutos, el estudiante de Libia aún no había entrado en el agua.

El instructor se acercó al estudiante, puso su máscara, metió el regulador en su boca y lo empujó a la piscina. El estudiante se hundió como una piedra, escupió su regulador y comenzó a ingerir una gran cantidad de agua.

Después de tirar de él hacia fuera y bombear el agua fuera de los pulmones, los italianos se enteraron que el estudiante no sabía nadar y que no era un miembro de la Seguridad Pública del Gobierno de Libia.

En realidad era el primo, de un funcionario encargado de seleccionar a los participantes de los programas de formación y simplemente quería unas vacaciones gratis en Roma.

El ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, se puso en contacto de inmediato con Trípoli, para prevenir cualquier posible acusación de maltrato al hombre de Libia.

Funcionarios italianos también protestaron verbalmente con Trípoli, al no enviar un candidato calificado para participar en un programa pagado por el gobierno italiano.

Al día siguiente, la Embajada de Italia recibió una respuesta formal por escrito, en el que el Gobierno de Libia fríamente afirmó que era responsabilidad del gobierno italiano, garantizar que los candidatos a sus programas de capacitación sean debidamente calificados, y que los italianos deben enseñarles a nadar.