En el fondo creo que es hasta mejor que le den asilo en Nicaragua, piensenlo así, un preso menos para sostener, alimentar, trasladar, vigilar, etc. Finalmente Nicaragua tarde o temprano pagará el precio de recibir cuanta alimaña existe en Latinoamérica, un país en el cual los empresarios son perseguidos y los terroristas son bienvenidos no tiene un futuro muy promisorio.

Ahora bien, al respecto podríamos aprender algo de Israel, un comando podría encargarse de pasarle la factura directamente al tipo en cuestión, así sin tramites, solicitudes y discuciones vacuas, se puede ejercer justicia.