Un grupo de audaces jóvenes rusos encontró una curiosa manera de matar el tiempo, usando de mala manera, eso si, los extintores de incendio.





Viajar en subte supone, muchas veces, una aventura. Hasta no hace mucho, lo más llamativo que se veía en este medio de transporte era la interminable cantidad de gente que bajaba en cada estación. Pero ya no es así. Performances de todo tipo y hasta gente en ropa interior completan el mapa de los viajes actuales.


En Moscú, por ejemplo, un joven decidió “volar” por el pasillo del vagón. Con un “matafuegos a propulsión”, el muchacho pareció evocar el célebre momento en que Mafalda, de Quino, se elevaba por medio de sifones de soda.


La aventura del chico duró unos cuantos metros y terminó dejándolo en el piso, en medio de sus carcajadas y las del resto de los pasajeros.