Seguridad democrática y transporte La Política de Seguridad Democrática ha sido decisiva para recuperar el desempeño y prestación del servicio público de transporte terrestre automotor de carga, el cual a principios de la última década estaba seriamente comprometido y amenazaba con su inviabilidad debido al embate generalizado del terrorismo y la subversión.
Este fenómeno, en la forma de retenes guerrilleros, bloqueos de vías, hurto e incineración de vehículos y mercancías, además de los actos de la delincuencia común, más conocidos como, piratería terrestre, generaron cifras demoledoras con sus efectos socioeconómicos para este sector fundamental de la economía.
La mayor presencia y capacidad de reacción de las Autoridades Militares y de Policía, rodeadas de mejores elementos de inteligencia y prevención, derivados de la Política de Seguridad Democrática, recuperaron niveles esenciales de confianza de la comunidad transportadora del país; los frutos no se hicieron esperar. Campañas memorables como “Vive Colombia, viaja por ella”, apoyados en el Plan Meteoro del Ejército, las Unidades de Reacción Inmediata UNIR de la Policía Nacional y los Frentes de Seguridad Empresarial, combinados con mejores elementos y mecanismos de información y comunicación, permitieron reactivar la actividad, demostrando a la vez que el fenómeno delincuencial podría contrarrestarse y controlarse como a la postre ocurrió.
La positiva evolución de las cifras es elocuente, como lo demuestra el incremento promedio del 5.7% anual, entre el 2002 y el 2009 en el volumen de carga transportada por el modo carretero de carga. El sector mostró así mismo un incremento del 8.5% a septiembre de 2010, comparativamente con el mismo período de 2009.
Según datos de INVIAS el número de pasos de vehículo por peajes pasó de 129 millones en el 2002 a 200 millones de vehículos en el 2009, con un incremento del 55%.
Los casos de piratería terrestre que, en número de 3.260 se presentaron en el 2000, se redujeron dramáticamente a 581 en el 2009, es decir con una disminución de 82% y, en lo corrido del año conservan la tendencia descendente ubicándose en 282 casos a septiembre del año en curso, con disminución del 32% respecto al mismo periodo del año anterior.
El rubro de seguros en la canasta de costos del transporte llegó a representar en el 2002 cerca del 12%, reduciendo su participación al 8% aproximadamente en la actualidad.
El número de retenes ilegales, que en el 2000 ascendió a 124, acompañado de 107 bloqueos de vías, también es recordado ingratamente como cosa del pasado. Tan singulares resultados demuestran la bondad del trabajo abnegado y patriótico de nuestro Ejército Nacional en el marco de una política pública llamada a erigirse como Política de Estado.
El sector transportador no ha sido inferior al reto que en su orbita de acción le corresponde, mediante el avance en materia de normalización. Para ello, COLFECAR con el auspicio de la Corporación Andina de Fomento y la intervención del ICONTEC diseñaron la Norma Técnica Colombiana NTC 5.500, sin antecedentes a nivel mundial , la cual en sus versiones de Gestión de Personal, Gestión Operativa y Gestión de Información permite optar por mejores y mayores niveles de seguridad en la prestación del servicio.
De otro lado la contribución que, en todos y cada uno de los peajes de la red nacional a cargo del INVIAS y del INCO realizan los transportadores y usuarios en cuantía de $230 en cada paso de peaje, ha derivado recursos cercanos a los 350.000 millones de pesos hasta la fecha, los cuales permiten el apoyo y la acción de la Fuerza Pública, traducido en mejores elementos de transporte, comunicaciones, inteligencia y movilidad para un mejor desempeño de sus actividades en carreteras y ciudades.
Todo ello demostrativo a la vez de que políticas claras también conllevan gestión y ejecución certeras, acompañadas por supuesto de mejores cifras e indicadores rodeados del reto por su mejora permanente.