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Antiguo 27-12-2010 , 10:59:11   #10
Isidorito
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Predeterminado Respuesta: Taxistas de Bogotá que no recojan a pasajeros sin motivo serán sancionados

En El Heraldo tiraron esta columna de opinión quejándose del mismo problema:

La tiranía de los taxistas en Bogotá


Por Weildler Guerra C.

Los usuarios del servicio del transporte público en Bogotá están sometidos a la tiránica voluntad de los conductores de taxis. El inocultable descarrilamiento institucional de la capital del país y el caos de movilidad que esta padece se reflejan en la creciente actitud de incivilidad de quienes operan este servicio público, iniciado en 1930 con tan solo 120 automotores.

En dicha ciudad, sin embargo, desapareció realmente el servicio de taxis tal y como es entendido en casi todas las ciudades del mundo. En su lugar existe algo que puede denominarse favores o ‘chances’ pagados. En este sistema si usted levanta la mano para que se detenga un taxi, el conductor con mirada hostil y tono autoritario le preguntará sin abrirle la puerta ¿adónde va señor? Si usted no se encuentra en la ruta hacia donde él se dirige le hará un gesto displicente y seguirá su camino. Si, por el contrario, usted es un afortunado y su domicilio se encuentra en la ruta del taxista deberá quedarle eternamente agradecido y además pagarle en efectivo el favor recibido. Eso no garantiza que lo llevarán al lugar exacto de su destino, pues con frecuencia le dejan a unas dos o tres cuadras de allí alegando congestiones de tránsito. Si protesta se expone a que lo golpeen con la infaltable varilla de acero y a que le digan con marcado acento paramuno “antes agradezca que lo traje”.

Muchos ciudadanos, cansados de esta actitud poco comprometida con el servicio, cuando se les pregunta hacia dónde se dirigen suelen responder algo del agrado del taxista: “hacia su casa señor”. Otros han decidido tomar cursos de yoga y arte dramático para aumentar su paciencia y saber adoptar una actitud suplicante. Algunas zonas como el Centro de la ciudad o Sanandresito están de hecho vedadas por quienes conducen los vehículos amarillos.

Estas situaciones son tan solo algunas de las muchas anomalías del servicio. En un debate en el Concejo de Bogotá se reveló que de cada diez taxímetros cinco están adulterados y se han detectado fábricas dedicadas a la producción de taxímetros fraudulentos y talleres específicamente dedicados a la descalibración de los genuinos. Otra irregularidad es la de esconder al usuario la tabla de valores que determina las tarifas por unidades recorridas, y suele no haber correspondencia entre lo que establece dicha tabla y lo que realmente se cobra al pasajero. Finalmente, una situación que puede servir a quienes tienen vocación suicida es que ya no tienen que arrojarse de un edificio o ingerir algún veneno. Hay una formula más expedita para perder la vida en Bogotá: pagar una carrera de taxi con un billete de cincuenta mil pesos.

Bogotá es una urbe entrañable para quienes viniendo de provincia hemos estudiado y residido en ella. En ocasiones encontramos conductores que actúan como profesionales, honestos, atentos y diligentes. Lamentablemente ese número decrece aceleradamente. Hoy circulan en Bogotá cerca de 48.000 taxis con tarjeta de operación y se estima que unos 30.000 lo hacen ilegalmente. Un reciente estudio muestra que aunque hay delincuentes que se camuflan como taxistas para cometer sus fechorías, también ha surgido un inquietante híbrido: el de los conductores que cruzan frecuente e impunemente la línea que demarca la legalidad de la ilegalidad. Por ello, con el perdón de Gonzalo Jiménez de Quezada, quien la fundó en 1538, Bogotá solo podrá alcanzar con pleno derecho el título de ciudad cuando vigile y eduque plenamente a su gremio de taxistas.

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"Me saludas a Coy".
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