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Denunciante Bronce
 |  La diferencia entre Garzón y los Uribe
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 | La diferencia entre Garzón y los Uribe Por: Cecilia Orozco Tascón.
QUÉ LECCIÓN DE MORAL PÚBLICA les ha dado Lucho Garzón, sin proponérselo, a Álvaro Uribe y a su hijo Tomás, quien sigue los pasos de su padre de una forma tan aventajada que se muere uno de susto: si esto es ahora que tiene 30 años, ¿qué hará cuando ande en los 50? Ante el embargo de sus escasísimos bienes, ordenado por la contralora Morelli como medida cautelar por el lío de la contratación en Bogotá, Garzón dijo lo que cualquier gobernante serio diría: “En la vida pública no hay nada privado; hay que acatar las reglas de juego y asumir las responsabilidades, aunque uno no haya firmado”. En contraste: ¡Qué vileza la de los Uribe al referirse al columnista Daniel Coronell cada vez que éste, sustentado en hechos y no en meros insultos, formula denuncias sobre la conducta de miembros de la familia ex presidencial! Tal parece que los señores Uribe creen que quien ejerce control social sobre los gobiernos es un criminal. Pero no hay que caer en la trampa de contestar los insultos y las mentiras porque los unos y las otras constituyen sólo un método para evadir las respuestas. Más vale tener en mente que Coronell ha revelado, entre otros casos: 1. La existencia de la yidispolítica, o sea, la compra de votos en el Parlamento que le permitió a Álvaro Uribe ser reelegido en 2006. 2. Las graves anomalías que rodearon el movimiento para reelegirlo, de nuevo, en 2010. 3. El sorprendente enriquecimiento de Tomás Uribe y de su hermano Jerónimo, en épocas de la Presidencia de su padre. 4. La influencia que Tomás Uribe parecía ejercer en los asuntos del Estado, desde el nombramiento de un notario hasta la declaración de zona franca de un territorio o la adjudicación de un multimillonario contrato, motivo de la última columna de Coronell. A lo anterior, la poderosa famiglia responde trayendo al presente a unos “mafiosos” del pasado. Mencionan, por ejemplo, al Bandi que, por supuesto, no era bandido, sino un digno funcionario de Álvaro Uribe cuando éste aceptó tenerlo como su segundo, en la Aerocivil. O a Perafán, una de cuyas empresas con fachada de legalidad tuvo contratos, no con una sino con muchas programadoras de la época ¡Ay, pero qué memoria tan selectiva! Ellos no tienen problema en contar entre sus mejores amigos y tutores a un condenado en Colombia por relaciones con narcotraficantes (e influyente hombre de los períodos uribistas), y a un condenado por narcotráfico en Estados Unidos (involucrado en una investigación por amenazas a Coronell). El país decente espera aún que Álvaro y Tomás Uribe pongan la cara, pero no como los matones de barrio, sino como la gente de bien: “En la vida pública no hay nada privado… hay que asumir las responsabilidades de lo que se hizo, aunque no se haya firmado”. Entre paréntesis. ¿Qué le está pasando a la justicia que parece estar patas arriba? Los Nule reciben tratamiento de aristócratas de parte de los altos funcionarios judiciales que viajan a visitarlos en sus lujosos sitios de fuga-residencia, en lugar de pedirles a la Interpol y a Estados Unidos que los capture y los envíe de vuelta al país para privarlos de la libertad y después negociar sus penas a cambio de delaciones, si es eso lo que se busca. ¿Por qué David Murcia vino esposado de Panamá y los Nule no? Y el nuevo presidente de la Corte Suprema, un indigno que acepta representarla “en propiedad” durante 15 días, pide que “doblemos la página” en el caso criminal del espionaje ilegal del DAS que casi liquida la poca democracia que queda aquí. Ni los procesos penales se tramitan en el extranjero ni se cierran “doblando la página” a voluntad del investigador y del juzgador. Me declaro absolutamente escandalizada. Enlace: http://www.elespectador.com/opinion/...rzon-y-los-uri
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