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John Locke · 30-11-2010 , 11:28:35

"Al natural, serían chicas de la calle", dice Luis Ventura de las mujeres que salen en tapas de revistas, con fotos retocadas. ¿Hay un exceso de esta herramienta?

G.V.

Nosotros retocamos las fotos siempre. Creo que hay sólo dos o tres chicas, del gran harén de Paparazzi, que podrían resistir una impresión, tan invasora como las que hacemos, sin Photoshop. Al natural, serían chicas de la calle, chicas comunes". Las palabras son de Luis Ventura, director de esa revista argentina de espectáculos, una de las publicaciones que suele dedicar sus tapas a famosas y semi famosas esmeradas en mostrar cuerpos sin arrugas, sin celulitis, sin estrías, sin poros, sin imperfecciones... sin visos de realidad.

Hay quienes dicen que la fotografía siempre mintió. Antes se aplicaba una herramienta llamada airbrush para resaltar pestañas, o lo que fuera necesario, y volver a las estrellas de Hollywood aún más perfectas e inalcanzables. Ahora, el trono es para el Photoshop, un programa de computadora capaz de rejuvenecer, estirar, adelgazar, eliminar y agregar todo lo necesario para un rostro, o un cuerpo, de ensueño. El problema es cuando la perfección es tal que se torna inverosímil y el personaje retratado queda irreconocible.

El abuso del Photoshop genera distintos efectos: indignación entre fotógrafos, desconfianza entre consumidores y recelo entre figuras. Es que, hoy en día, con esta herramienta un personaje puede ser glorificado o hundido para siempre, sobre todo si vive de su imagen.
Una de las escasas publicaciones uruguayas que utiliza este programa con asiduidad es Caras, cuya estética es gran parte de su capital. Martín Rodríguez Gambaro, fotógrafo y editor de la revista, admite que todos sus retratos pasan por el Photoshop. "Los personajes son como productos publicitarios. Les interesa vender su trabajo y para eso es vital su imagen", explica, aunque asegura que intentan no pasarse de la raya y terminar con algo muy artificial. "Más que nada se sacan arrugas, celulitis. Pero tratamos de no cambiar la realidad, sólo disimular imperfecciones".

Es que cambiar la realidad puede costar caro. Cada vez que una figura del espectáculo abusó del Photoshop, el hecho fue recogido en cientos de portales de Internet y debatido por programas de chimentos. Los casos cunden: incluso les pasó a Madonna, Britney Spears, Demi Moore y Halle Berry, por mencionar algunos (ver recuadro).
Más cerca, una de las grandes devotas del Photoshop es Susana Giménez. Apenas presentó la revista que lleva su nombre, el comentario fue unánime: "¿Viste la foto de la tapa? ¡No parece ella, ni que tuviera 20 años!" La conductora argentina tiene su propio equipo de fotografía que lleva a las producciones que le realizan, sea cual sea la publicación. Ni las fotos "robadas" osan pasar en crudo. "Acá fue muy comentada la fotografía que le sacaron a Susana en topless, estando con Jorge Rama en (su casa de Punta del Este) `La Mary`. Le hicieron tanto Photoshop que le borraron el ombligo", recuerda Ventura.

Para dar una idea de todo lo que puede hacer esta herramienta, el periodista argentino cuenta otra anécdota: "Una vez retratamos a Moria (Casán) con un gorro al estilo francés que le hacía sombra en parte de la cara, sobre todo en los dientes, y entonces la foto no quedaba buena. Como era para tapa, el photoshopeador recortó los dientes de otra foto de ella, y se los pegó a la imagen de la revista. Imaginate todo lo que se puede hacer".

Si bien lo más frecuente es rejuvenecer a un personaje -para lo cual los pasos básicos son eliminar arrugas, dar brillo en los ojos y emblanquecer la dentadura-, también es posible, claro está, agregar defectos. O envejecer, como se puede apreciar en las fotos de los comunicadores Sara Perrone, Emilia Díaz y Christian Font, quienes prestaron su imagen para esta nota. De hecho, ese proceso lleva mucho más trabajo que el de volver a alguien más joven. Álvaro Portillo, encargado de realizar esos cambios de imagen, dedicó casi un día entero a agregar arrugas, y apenas un par de horas para borrarlas.

En la dinámica de una revista de espectáculos también entra la posibilidad de "empeorar" fotografías, según admitió el propio Ventura. "Si tenés que bajar una imagen, o bajar un mensaje de alguien, si hay una crítica, se puede manejar. Para bien o para mal". Existen publicaciones que alientan esa práctica. Según comentan los entendidos, la revista Gente ha "destrozado" la imagen de algún personaje cuando mantiene un pleito con éste, sacando fotos al natural (sin retocar) y de la peor perspectiva posible.

Por otro lado, algunas revistas de espectáculos tienen la política de no utilizar el Photoshop nunca. Tal sería el caso de la argentina Pronto. "Te publican la foto como viene, y entonces hay personajes que no quieren salir ahí ni de casualidad", cuentan.

Algunos integrantes de la farándula porteña, acostumbrados al uso de este programa de computadora, tienen claro qué retoques necesitan, y hasta supervisan las producciones que les realizan las revistas. "Cuando en Paparazzi le hicimos aquel famoso body painting a Nazarena Vélez, que la reinsertó en los medios, ella estuvo 16 horas en la revista, entre la sesión de producciones y la de Photoshop. Laura Fidalgo es otra figura a la que le gusta elegir sus fotos. Viene y trabaja junto al photoshopeador y el diseñador", cuenta Ventura.

Los personajes uruguayos, en tanto, todavía no están habituados a retoques de este tipo, y por ende son mucho menos demandantes en el cuidado de su imagen. De acuerdo a Rodríguez Gambaro, de Caras Uruguay, "son más tranquilos, no tan exquisitos. Acá se muestra menos cuerpo y no es tan necesario".

Famosas a las que se les pasó la mano
El Photoshop no sólo puede acabar con las arrugas de un personaje público, también con su imagen. A veces, en el esmero por perfeccionar facciones, rasgos o hasta colores de piel, la persona retratada queda irreconocible o extremadamente artificial.

La prensa del espectáculo, siempre atenta a los tropezones de la farándula internacional, enumera varios casos. Uno de los más recientes incluye a la princesa del pop Britney Spears. Su rostro en la imagen promocional de su último disco, Circus, la desfigura por completo. El photoshopeador parece haberse entusiasmado al retocar su nariz, y la cantante se confunde con otra persona.

Otra estrella que fue víctima involuntaria de este programa de computadora fue Lindsay Lohan. Y eso que tiene tan sólo 23 años. En los anuncios para una casa de moda aparece con una piel lozana, tan libre de pecas como de gestualidad alguna. Las líneas de su cuerpo fueron eliminadas a tal punto que le desaparecieron las rodillas.

Madonna tampoco escapó a las críticas por el abuso del Photoshop en la publicidad que realizó para la firma Louis Vuitton. No se salvó ni una sola línea de expresión que delate sus 50 años, aunque otros cientos de fotos de la cantante corroboren su edad sin perjuicio alguno.

El fenómeno es tal que ciertas publicaciones de moda o espectáculos han considerado, como acto de "rebeldía", realizar producciones completas de famosos sin Photoshop. La revista francesa Elle tuvo la propuesta de un prestigioso fotógrafo de presentar una serie de portadas con Mónica Belluci, Sophie Marceau o Eva Herzigova al natural. Toda una transgresión.

Luis Ventura, de Paparazzi, dice que Jorge Rial le propuso algo similar. Pero por ahora él no quiere. Si no, sus chicas serían comunes.