Uribe sí tenia algo importante y trascendental, solo una cosa y nada más que esa, y era la presidencia de la república, que independientemente de quien la ocupa, es un cargo revestido de una dignidad enorme, pues quien lo desempeña (bien o mal) lo hace para todo un pais.

Ahora bien, Uribe perdio eso (la pesidencia) y lo que ha quedado es el verdadero Uribe, un finquero de los malos (desentendido de la labor productiva dela tierra), un ególatra sin nada de lo que pueda ufanarse, un ser aturdido por los golpes que recibe de sus propias toldas, un tipo que no ha podido superar la disminución de poder en el que se encuentra y del cual no saldrá.

Siempre me he preciado de ser una persona con sentimientos nobles y altruistas, sin embargo, ver humillado y en su natural estado de ignorancia, al co-responsable de agro ingreso seguro, de las chuza DAS, del despojo a los recicladores, de heber concedido una embajada al autor mediato del ex-alcalde del roble (Sucre), de la compra-venta cochina del lote de soacha, y de tantas atrocidades más, me produce un sentimiento de regocijo, de restitución de la confianza en la justicia (así sea divina o del destino, o peor aun, de la política).

Pobre piltrafa, ya no es ni el reflejo de lo que era antes, en su prepotencia, pretendía ocultar lo inocultable, los complejos que hoy lo llenan de desaciertos, que solo servirán para que los hijos (políticos) de sus entrañas, lo sigan apuñalando, también para mi deleite.

Estas son las noticias que me ayudan a conciliar el sueño de manera feliz y apacible.