Ni más faltaba que fuésemos a demeritar las bellezas , maravillas y proyecciones de Cartagena y menos aún desconocer su importancia mundial no solo turística y meca del jet set sino sede de eventos, congresos y convenciones de alto coturno.

Sin embargo, en esto último le ha resultado una competencia que no esperaba. Y no se trata de Bogotá, ciudad cosmopolita, o Medellín, ciudad acogedora y amable, ambas dotadas de la infraestructura que exigen este tipo de reuniones.

La competencia con Cartagena de Indias en estos momentos es nuestra mismísima y no siempre bien ponderada Santiago de Cali. Así como lo leen. Y a la prueba me remito: una reciente encuesta realizada por los organismos rectores del turismo en Colombia, arrojó como dato sorprendente que la segunda ciudad que se prefiere para realizar eventos de gran formato -y luego de Cartagena, claro está- es Cali.

Y las razones son sencillas: Primero, el ambiente de nuestra ciudad y las indiscutibles obras que le han cambiado la cara. “A Cali se la quiere”, “aquí se pasa rico”, dicen. Y se explica que es por el clima, por la hospitalidad, por la gastronomía y por ese “no sé qué” que nos caracteriza.

Segundo, porque Cali cuenta con el Centro de Eventos Valle del Pacífico que es el más moderno y con más tecnología de Colombia. Además, porque es un espacio ‘multiformato’ que permite realizar al unísono y en un solo lugar, ferias, exhibiciones, congresos y convenciones hasta para cinco mil cráneos.

Por otra parte el Centro de Eventos Valle del Pacífico se está caracterizando por un servicio excelente amén de una atención personalizada fruto de un personal experto y con una expedita capacidad de respuesta.

Y lo último -que debería ser lo primero- es que hacer un congreso o evento en Cali, cuesta tanto para los organizadores como para los asistentes una tercera parte de lo que vale en Cartagena, lo cual reduce los costos, posibilita mayor asistencia y democratiza -por usar una palabra- la concurrencia a estos certámenes.

Así quedó demostrado con el pasado Exposhow que batió récord en resultados y se consolidó como la mejor vitrina para mostrar, vender y quitarle la mala prensa a nuestra ciudad. Igual sucedió con la Cumbre Mundial sobre Biodiversidad de la ONU realizada en marzo, la Cumbre de la Mujer Empresaria en junio, la Reunión de Ministros y Altas Autoridades de la OEA en julio, la Asamblea Nacional de la Andi en agosto, la Asamblea Iberoamericana de Cámaras de Comercio Aico en septiembre y la Ronda de Negociación del TLC con Corea del Sur y el Congreso Nacional de Fedelonjas en octubre, entre otros.

85 eventos ha realizado el Centro de Eventos Valle del Pacífico en este año, que demuestra un éxito total pese a las dificultades que son lógicas en una empresa que a duras penas se está quitando los pañales.

Y precisamente y desde pasado mañana, se realizará el XXII Congreso de Asocajas con Presidente de la República y seis ministros a bordo y más de 500 asistentes de las treinta y pico de Cajas de Compensación del país. El caleño Álvaro José Cobo Soto, presidente de Asocajas, se trajo el Congreso para su ciudad contra viento y marea con unas justificaciones irrefutables: aquí se aprende el doble, viene más gente y cuesta una tercera parte. ¡Enhorabuena por Cali!