Los residentes del pueblo austríaco de Fucking están hartos de los llamados telefónicos de bromistas de habla inglesa. También de su problema de robo de carteles, ya que todos los turistas quieren uno que dé fe de la existencia de dicha localidad.

Ahora, en cambio, el problema son las bromas telefónicas. Al parecer la más frecuente es simplemente llamar y preguntar "¿estoy hablando con Fucking?" y descostillarse de risa antes de colgar. El problema se agravó cuando los graciosos descubrieron que se puede obtener cualquier teléfono del lugar tecleando la palabra "fucking" en el directorio telefónico online de Austria.

También sufren otras ciudades austríacas cuyos nombres -leídos en inglés- podrían traducirse como "Tira vientos", "Huevo podrido", "Jamón onanista" etc. pero la más afectada es Fucking.