Intimidación, acoso escolar, maltrato o, más comúnmente, bullying es un asunto cada vez más preocupante, las historias sobre chicos que no soportaron el acoso, burlas constantes, humillaciones e incluso golpes y que deciden quitarse la vida para liberarse del sufrimiento se han vuelto más frecuentes.

Tyler Clementi, de 18 años quien se suicidó lanzándose del puente George Washington, entre Nueva Jersey y Nueva York; Justin Aaberg, de 15 años quien se ahorcó en su cuarto en Andover, Minnesota; Sladjana Vidovic, Eric Mohat, Meredith Rezak y Jennifer Eyring, todos de una escuela de Ohio, son sólo algunos de los miles de jóvenes víctimas de esta epidemia silenciosas.


De acuerdo con cifras del Centro de Prevención de Violencia Juvenil de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC), se estima que casi el 40 por ciento de los adolescentes en Estados Unidos (5.7 millones) se ve envuelto en algún tipo de acoso escolar, ya sea como víctima, victimario o ambos.

En cada escuela, desde Beverly Hills hasta el Bronx en Nueva York por ejemplo, hay un promedio de tres denuncias de bullying al mes y se calcula que más de la mitad de los casos no son reportados. El 77% de los niños de las primarias y secundarias de EE.UU. han sido violentados por lo menos una vez y el 87% de las víctimas de bullying se vengarían de sus agresores si pudieran hacerlo.

Hoy en día, en la era del Internet, la intimidación (bullying) ha tomado una nueva dimensión. Ahora el acoso se lleva a cabo en salas de charla (chat), por mensajes de texto y las redes sociales.

Un estudio del Pew Center muestra que un 32 por ciento de los jóvenes que navegan por internet han recibido amenazas, acoso de cualquier tipo o visto noticias negativas sobre ellos difundidas anónimamente en la red. La cifra se ha multiplicado por tres en los últimos tres años.

El bullying ha ido más allá de un asunto alarmante y delicado. A nivel nacional se han intensificado los llamados al Congreso para que apruebe una propuesta pendiente, la Ley de Mejora de Seguridad en las Escuelas. La medida requeriría que las escuelas que reciben fondos federales que implementen programas anti hostigamiento que específicamente lidien con la intimidación anti gay.



Sladjana Vidovic, su familia vino desde Bosnia, cuando ella era chiquita, era bonita, vivaz y encantadora. Le encantaba bailar. En la escuela las cosas fueron distintas. Se burlaban de su acento. Le decían "ramera". Un muchacho la empujó por una escalera. Una niña la golpeó en la cara con una botella de agua.


El suicidio de un estudiante universitario provocó indignación y remordimiento entre sus compañeros, quienes lamentaron no haber impedido que el adolescente se arrojara desde el puente Washington en el río Hudson.


Eric Mohat era extrovertido y bullicioso, y le gustaba vestir de rosado la mayor parte del tiempo. Muchos chicos lo insultaban. Eric se pegó un tiro dos semanas antes de un viaje a Hawai con el coro.


Tyler Clementi, de 18 años, estudiante de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey (EE UU) fue acosado por su compañero de habitación en su residencia universitaria, Dharun Ravi, también de 18 años quien emitió a través de un videochat un encuentro sexual de Clementi con otro hombre e informó de ello a través de la red social Twitter.


Justin Aaberg, de 15 años, residente en Andover, Minnesota, quien se ahorcó en su cuarto en julio. Sus amigos le dijeron a su madre que Justin había sido objeto frecuente de abusos por su orientación sexual.


El 77% de los niños de las primarias y secundarias de EE.UU. han sido violentados por lo menos una vez y el 87% de las víctimas de bullying se vengarían de sus agresores si pudieran hacerlo.


Por ejemplo, las leyes de Texas exigen a las escuelas que incluyan en el manual de conducta escolar la prohibición del acoso y la intimidación. También permite que las víctimas de esos problemas sean transferidas a otras escuelas.

El parlamento estatal de Georgia tiene sobre la mesa una ley contra el acoso escolar que entrará en vigor en 2011. La legislación exige a las escuelas a investigar con intensidad este tipo de incidentes y a asesorar y dar apoyo a las víctimas de estos abusos.

En tanto, la tipificación penal del acoso escolar abrió un poco de camino con un juicio en Massachusetts contra nueve adolescentes que supuestamente acosaron y maltrataron física y psicológicamente a una compañera de escuela.

Phoebe Prince, una joven de 15 años, fue acosada y agredida durante tres meses por algunos compañeros del colegio hasta que no pudo aguantarlo más y se ahorcó en la escalera de su casa, el 14 de enero pasado, usando el pañuelo que le había regalado su hermana de 12 años por Navidad.

Fue la primera vez en Estados Unidos que la Fiscalía del Estado llevó adelante un caso de "bullying", puesto que no hay ningún tipo de ley o regulación para este tipo de casos.

Tres de los acusados se declararon no culpables a través de sus abogados en la Corte Suprema de Hampshire. Otros tres, menores bajo las leyes de Massachusetts (menores de 17 años), se declararon no culpables de cargos de delincuencia en la Corte Juvenil Franklin-Hampshire en Hadley, Massachusetts. Las tres chicas adolescentes menores también fueron acusadas como criminales juveniles en cargos de delitos de adultos. Los seis acusados renunciaron a su derecho a comparecer ante el tribunal y no aparecieron en sus audiencias de lectura de cargos. A todos se les ordenó estar lejos de la familia de Prince.

Como cuestión legal, el bullying no es un delito. En un sentido más general, es un delito en toda regla.

¿Dónde queda la tolerancia?