¿Con qué autoridad moral puede Estados Unidos certificar si un país combate o no de manera correcta al narcotráfico cuando el problema más grave lo tienen ellos? El problema no se trata únicamente de los países donde se produce, sino también de los países donde se consume, y mientras los Estados Unidos y ciertos países europeos no replanteen la lucha en sus países, el negocio se hará más rentable.
No cabe duda que estas certificaciones son un gesto de alcahuetería por parte del gobierno norteamericano, además de ser un falso alivio para los países donde se tiene producción masiva y son cercanos a Washington, como Colombia y Perú. La política exterior de los Estados Unidos alrededor de las drogas es errática, puesto que se ha empeñado en hacer sentir a los países productores con mayor culpa o responsabilidad, ignorando el problema más espinoso con el narcotrafico y el que más sufren, que es el consumo.
Para entender la mecánica del narcotráfico sólo hace falta conocer el principio básico de la economía: la oferta y la demanda. Sin demanda, no puede haber oferta, y las estrategias actuales se han concentrado en reducir la oferta, pero mientras haya una demanda fuerte, será imposible combatir el problema seriamente. Podrán incautar propiedades, podrán arrestar a los grandes capos, podrán confiscar cuantas toneladas de droga se puedan imaginar...mientras haya demanda por parte de consumidores y grandes carteles habrá una fuente de producción.
Atacar el narcotráfico requiere atacar la demanda, y eso se previene con estrategias poco ortodoxas pero que bien planteadas podrian funcionar. Algunas de ellas son la despenalización del consumo y la legalización del negocio, pero éstas deben ir acompañadas con programas de prevención y tratamiento médico a adictos, a fin de evitar que legalizar la droga se convierta en una vorágine de consumo desenfrenado. Uno de los ejemplos de una exitosa despenalización ha sido Portugal, donde se ha llegado a reducir el consumo en un 20% y se han rehabilitado a miles de adictos.
EL problema de las drogas nos afecta a todos, tanto desde donde se produce como desde donde se consume.