Los constructores de automotores franceses PSA Peugeot-Citroen y Renault apuestan por el medioambiente y por los países emergentes para garantizar su desarrollo, aunque con tecnologías y enfoque propios según lo demostrado en el Salón Mundial del Automóvil de París que abrió sus puertas el pasado sábado.
Enfrentado a reglamentos más severos y a crecientes preocupaciones, el sector automotor está concentrando sus esfuerzos en la reducción del consumo y de emisiones de dióxido de carbono (CO2), empezando por mejorar los motores tradicionales.
Renault considera que los vehículos eléctricos representarán el 105 del mercado en 2020 y defiende una solución de “ruptura” con el vehículo “cero emisiones”, descartando la solución de un híbrido combustible-electricidad.
Su objetivo es venderlo a gran escala gracias a su alianza con el japonés Nissan.
“No hay ninguna duda de que de esta forma el coche eléctrico podrá imponerse más rápido” desde una “perspectiva diferente y más orientada hacia los particulares”, opinó Carlos da Silva, analista en el IHS Global Insight.
En ese contexto, Renault está desarrollando cuatro modelos que van del mini-vehículo urbano hasta el vehículo familiar, cuya salida al mercado será escalonada en 2011 (Fluence y Kangoo) y 2012 para el coche mediano Zoe y para Flins.
“En Renault, ya estamos en 2020, aunque antes tenemos unos diez vehículos”, destacó Bertrand Rakoto, analista de RL Polk.
Para PSA Peugeot-Citroen la solución híbrida es la primera opción. En este caso quiere innovar asociando motor diésel y electricidad. Sus primeros modelos, Peugeot 3008 y Citroen DS5, saldrán en 2011.
“El híbrido es un paso necesario. El mercado se está abriendo cada vez más a ese tipo de motores”, estimó Rakoto.
PSA, que también promueve una “gama diversificada”, propondrá a partir de fin de año coches eléctricos como los pequeños Peugeot Ion y Citroen C-Zero, derivadas del i-Miev de Mitsubishi.
“Cuando se mira a China, primer mercado mundial, India y Brasil son motores tradicionales. La revolución aún no ha llegado allí”, dice Da Silva, admitiendo que esos países emergentes, motores del crecimiento del sector automotor, constituyen un objetivo mayor para todos los constructores, sobre todo porque el mercado europeo, es muy competitivo.
PSA quiere ser ampliar su “globalización” y en 2015 quiere lograr la mitad de sus ventas fuera de Europa, contra un tercio a principios de 2010.
Peugeot-Citroen pone el énfasis en China, que se convirtió en su segundo mercado y por ello acaba de anunciar la construcción de una tercera fábrica junto a Dongfeng.
América Latina y Rusia también están en su lista.
El ejemplo de internacionalización de Renault es su filial rumana Dacia, especializada en bajos precios y la coreana Renault Samsung, que compró hace 10 años.
Con información de AFP.