Con la presentación de la senadora liberal hoy en el Parlamento Europeo en la que pidió expresamente no aprobar el TLC por denominar que "Colombia es una fosa común", queda comprobada y a la luz de todos la estrategia de diplomacia paralela que ha llevado a cabo Piedad Córdoba en los últimos años.
Esto no es cosa de ayer. La senadora Córdoba ha aprovechado los generosos biáticos que este cargo público otorga para viajar por el mundo y dejar por el piso la imagen de un país al que representa con su cargo. No dejo de reconocer que algunas de sus denuncias han sido certeras y en parte han permitido revelar la corrupción y los crímenes dentro de la administración Uribe, algunas de sus declaraciones han sido salidas de contexto e hirientes para nosotros los colombianos.
¿Cómo se explica que una senadora de un país vaya a otro país a hablar pestes del país propio y pedir a otras naciones cortar relaciones?, ¿qué tipo de diplomacia es éste? Creo que ésta no es la actitud de un funcionario público; obivamente tampoco se puede ser ignorante a las situaciones delicadas de Colombia, pero ya de ahí a tomar esos hechos como un mecanismo de propaganda personal o con fines aún no claros, es otro asunto, muy grave por cierto.
Las preguntas que más inquietan es: ¿qué quiere Piedad?, ¿qué busca con estas estrategias de diplomacia paralela?, ¿quiénes se benefician de estas iniciatvias? En todo caso, acciones como ésta podrían sugerir una relación entre la senadora y las FARC, grupo criminal denominado terrorista por más de 40 países en el mundo. Piedad ha sido partidaria de una salida política al conflicto en Colombia, pero esto no sugeriría que tiene que ver algo con las FARC, como sí lo sugieren las apología permanentes que ha hecho de este grupo, como su permanente confrontación con el gobierno del presidente Uribe, partidario de la persecución militar valiéndose de todos los medios (incluso ilegales).
No me atrevería a sugerir que Piedad sea una "guerrillera de civil", pero sus actitudes dejan muchas preguntas en el aire y ponen a pensar que tal vez sí hay una relación, directa o indirecta, con este grupo criminal que ha sido junto con los paramilitares, narcotraficantes y políticos inescrupulosos y corruptos, edificadores de la violencia que aún desangra a nuestra patria Colombia.