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+Wilfred
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Predeterminado Respuesta: "Enfrentamos al Gobierno en su proyecto neoliberal pero nos aliamos en la lucha contra la

Clientelismo y comunicación

H.A.: Usted aludió a la polarización como inconveniente y cierre para una alternativa…
G.P.: La polarización no la sentí en la calle. No pude encontrar al uribismo allí, pero sí en el barrio popular, es decir, en los estratos 1 y 2. El uribismo es Familias en Acción, que tiene su expresión en el cambio tecnológico de la compra del voto, a través del Estado mismo, en el presupuesto. Mientras el uribismo se hace fuerte mediante estos mecanismos, la izquierda aún no ha podido comunicarse con los más pobres.

H.A.: ¿Cómo explica esa falla de la izquierda?
G.P.: La izquierda no tiene comunicación con los estratos 1 y 2. Esto se vio claro en Bogotá, donde se supone que gobernamos. El electorado se volcó al santismo: no le da el voto al Partido Verde y muchísimo menos al Polo. Y téngase en cuenta que en el país los estratos 1 y 2 son mayoría. Entonces, el reto es sencillo: llenar el vacío en la comunicación con esas mayorías nacionales. Sin hacerlo, no podremos ganar la Presidencia. Quizá, sí pasar a la segunda vuelta si hacemos las cosas bien, pero no será posible ganar el gobierno.

H.A.: ¿Comunicación y mayorías son el desafío?
G.P.: Para comunicarse, es necesario un proyecto democrático. No sólo de izquierda, máxime cuando un sector suyo no es democrático. ¿Cómo empezar este proyecto? Con una serie de reivindicaciones de corto plazo y que les dé respuesta a las necesidades de los pobres. Sin estas reivindicaciones, no hay comunicación efectiva ni permanencia. Por ejemplo, el agua. No es posible construir un proyecto popular en el Caribe sin ese propósito. Y esto no lo sabía la izquierda. Máximo, abordaba la discusión sobre su privatización, que no es entendible para alguien que carece de acueducto.

H.A.: ¿Qué ventajas de comunicación captó de la derecha?
G.P.: La derecha llega a los estratos pobres vía Familias en Acción y vía medios de comunicación. Pero no a través del noticiero sino por conducto de los reality, las telenovelas, la distracción. Toda esta imagen es el gran éxito de la derecha para comunicarse con los pobres, y, a la vez, el gran fracaso de la izquierda, que no busca esa comunicación ni la construcción de unos medios modernos, masivos, de comunicación.

H.A.: ¿Qué espacio tiene la dimensión ética? ¿Cómo puede ocupar lugar principal en el proyecto democrático?
G.P.: El tema ético es esencial. El equipo que muestras para llegar al gobierno tiene que dar una percepción que genere la sensación de que vas a transformar democráticamente al país. La percepción en política es fundamental. Esa relación fue muy clara en un principio y por eso ganamos votos. El mensaje del Polo al electorado, cuando nació, fue muy fresco. Carlos Gaviria logró sus triunfos no por los puntos que iba a defender después sino por el significado que él mismo era en ese momento. Él tiene una imagen fresca de magistrado liberal que otorga gran fuerza electoral, y que él después no logra traducir ni leer. El Polo no puso los dos millones de votos. Puso 800 mil, y el resto es un electorado liberal popular que no se siente representado ya en Serpa, visto como un político repetitivo, y se va con Gaviria a sabiendas de que éste no ganará. La diferencia frente a Uribe era demasiado grande.

H.A.: ¿Por qué cree que votan por Petro en el Caribe?
G.P.: Por la manera como asumí en el Congreso el tema y la lucha contra el paramilitarismo. La gente agradece eso, son las víctimas, lo han visto, lo han sufrido.

El nuevo gobierno

H.A.: ¿Hay un cambio en el gobierno nacional o Santos es Uribe III?
G.P.: Quienes le hemos hecho oposición a Uribe debemos valorar ante quién estamos. La extracción de clase nos dice qué fragmento del establecimiento conduce ahora el país, y sabemos que con respecto a Uribe es algo diferente, asunto fundamental para construir una táctica más adecuada a las circunstancias que vivimos.

H.A.: ¿Qué representa cada uno de ellos?
G.P.: Uribe, los poderes mafiosos del país, definidos como latifundismo improductivo, ligado a la barbarie y el narcotráfico, una de cuyas expresiones es el paramilitarismo. Por su extracción de clase, Uribe pertenece a ese sector. Santos tiene otro tipo de extracción social: es un representante de sectores industriales y sobre todo financieros. Es otro tipo de élite, diferente, y por tanto sus estrategias políticas son diferentes.

H.A.: ¿Y cuáles son las diferencias?
G.P.: Aunque ambos pueden coincidir en política económica, frente al neoliberalismo, se diferencian en el peso de los poderes mafiosos en su interior, por una valoración diferente de las mafias. Para Uribe, eso nunca fue problema a pesar de llevarlo a una inviabilidad de su proyecto, como en efecto sucedió, en lo nacional y lo internacional. Para Santos, eso es importante; puesto en la tesis de que neoliberalismo es viable, se puede profundizar, hacer grandes negocios, articular a Colombia con la economía mundial, pero la base es romper con los poderes mafiosos que impiden que Colombia se articule libremente al mundo.

H.A.: ¿Santos es explícito?
G.P.: Lo tiene claro. Por eso, en su discurso de posesión habló de tierra, de agua. Hace una valoración desde sus intereses, dándose cuenta de que los poderes mafiosos son obstáculo para su propio proyecto económico. Entonces, hay una coincidencia que Robledo no puede entender. Cree que llamo a un acuerdo por algo oscuro: que iban a darme una embajada. No puede ver con claridad por pensar que Santos es un clon de Uribe.

H.A.: ¿Orgánicamente, en la superestructura, son diferentes?
G.P.: Su diferenciación nos pone ante el hecho palpable de tener un gabinete muchísimo más inteligente y sofisticado que el de Uribe, que era simple, que lo enfrentábamos gritándole “paramilitar”. Ahora esto no funciona. Ahora la forma de hacer oposición debe ser muchísimo más inteligente. Nos pone ante la disyuntiva de un gobierno que continuará el proyecto neoliberal ortodoxo, sólo que en un mundo que no es el mismo de principios de los 90; un mundo en que el neoliberalismo está en crisis. He aquí una oportunidad. Un gobierno que, por demás, se interesa –así sea tímidamente– en enfrentar los poderes que estaban en el gobierno y que han causado la crisis en gran escala que vive Colombia…

H.A.: Es necesaria una oposición con un programa tangible…
G.P.: Enfrentamos al Gobierno en su proyecto neoliberal pero nos aliamos en la lucha contra las mafias. Lo primero hay que hacerlo con movilización social, a partir de tesis concretas, que planteé en la campaña electoral: el diálogo nacional por la tierra y el agua. Lograr reformas progresistas. Entre más fuerza tengamos, más lograremos. Al pensar que Santos es como Uribe, se pierden estos matices.

Continúa...

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