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armando2007
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Predeterminado Respuesta: Fidel Castro se arrepiente de haber discriminado en su gobierno a los homosexuales

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El bloqueo


En 1962 Estados Unidos decretó el bloqueo contra Cuba. Se trató de "una feroz tentativa de genocidio"… como le ha llamado Gabriel García Márquez, el escritor que mejor ha cronicado el periodo.


–Periodo que dura hasta nuestros días –me advierte Fidel.


El bloqueo está vigente hoy más que nunca, y con el agravante, en estos momentos, de que es ley constitucional en Estados Unidos, por el hecho de que la vota el presidente, la vota el Senado, la vota la Cámara de Representantes…”


El número de votos y su aplicación pueden aliviar considerablemente, o no, la situación. Pero ahí está…


–Sí, ahí está la ley Helms-Burton, injerencista y anexionista… y la ley Torricelli, debidamente aprobadas por el Congreso de Estados Unidos.


Recuerdo bien al senador Helms el día de 1996 en que le fue aprobada su iniciativa. Estaba exultante y repetía ante los periodistas lo central de sus pretensiones:


“Castro se tiene que ir de Cuba. No me importa cómo Castro deje el país: si es en forma vertical, o en forma horizontal, eso es asunto de ellos… Pero Castro debe dejar Cuba.”


Comienza el cerco


“En 1962, cuando Estados Unidos decretó el bloqueo, Cuba se encontró de pronto con la evidencia de que no tenía nada más que seis millones de cubanos resueltos, en una isla luminosa y desguarnecida…”


Nadie, ningún país, podía comerciar con Cuba; con nadie se podía comprar o vender, ¡ay de aquel país o empresa! que no se sujetara al asedio comercial decretado por Estados Unidos. Siempre me llamó la atención aquel barco de la CIA que patrulló las aguas territoriales hasta hace unos pocos años, para interceptar los barcos que llevaran mercancías a la isla.


El problema mayor, sin embargo, fue siempre el de las medicinas y los alimentos, que se mantiene hasta nuestros días. Todavía hoy no se permite a ninguna empresa alimentaria comerciar con Cuba, ni siquiera por la importancia de los volúmenes que la isla adquiriría o porque ésta siempre está obligada a pagar por adelantado.


Condenados a morir de hambre, los cubanos tuvieron que "inventar la vida otra vez desde el principio", dice García Márquez.


Desarrollaron una "tecnología de la necesidad" y una "economía de la escasez", relata: toda una "cultura de la soledad".


No hay gesto de pesar, menos de amargura, cuando Fidel Castro admite el abandono en que dejó a la isla gran parte del mundo. Al contrario…


–La lucha, la batalla que tuvimos que dar nos llevó a hacer esfuerzos superiores a los que tal vez habríamos hecho sin bloqueo –dice Fidel.


Recuerda con una suerte de orgullo, por ejemplo, la gigantesca operación de masas que llevaron adelante cinco millones de muchachos, agrupados en los CDR. Tan sólo en una jornada de ocho horas lograron una vacunación masiva en todo el país, con la que erradicaron enfermedades como la polio o el paludismo.


O cuando más de un cuarto de millón de alfabetizadores –cien mil de ellos niños se echó a cuestas la alfabetización de la mayor parte de la población adulta del país que no sabía leer ni escribir.


Pero el "gran salto" se da, sin duda, en la medicina y en la biotecnología:


–Se habla de que Fidel mismo mandó a formar en Finlandia a un equipo de científicos y médicos que habrían de encargarse de la producción de medicamentos.


–El enemigo usó contra nosotros la guerra bacteriológica. “Trajo aquí el virus II del Dengue. En la Cuba pre revolucionaria no se conocía ni el I. Aquí nos apareció el II, que es mucho más peligroso porque produce un dengue hemorrágico que ataca sobre todo a los niños.


“Entró por Boyeros. Lo trajeron los contrarrevolucionarios, esos mismos que andaban con Posada Carriles, esos mismos que indultó Bush, esos mismos que dieron lugar al sabotaje del avión de Barbados… Esa misma gente recibió la tarea de introducir el virus”, denuncia Fidel.


–Culpaban a Cuba porque, decían, había mucho mosquito en la Isla –le digo.


–¿Cómo no iba a haberlos si para combatirlos hace falta el abate, y el abate no lo podíamos obtener: nada más lo producían en Estados Unidos? –revela.


El rostro del comandante se ensombrece:


"Se nos empezaron a morir los niños", recuerda. “No teníamos con qué atacar la enfermedad. Nadie nos quería vender las medicinas y los equipos con los que se erradica el virus. Ciento cincuenta personas murieron víctimas de la enfermedad. Casi todos eran niños…


"Tuvimos que acudir a las compras por contrabando, aunque era carísimo. Dondequiera prohibieron hasta traerlo. Una vez, por misericordia, dejaron traer un poco."


Por "misericordia", ha dicho el hombre fuerte de la Revolución. Confieso mi turbación…


No precisamente por misericordia, sino por solidaridad, acudieron algunos amigos de Cuba. Fidel menciona, por México, a los Echeverría: Luis y María Esther que, aunque ya no estaban en el gobierno, pudieron conseguir algunos equipos que permitieron paliar de alguna forma la epidemia.


–No los olvidaremos nunca –dice conmovido.


–¿Ya ve? –le digo. No todo han sido malas o desafortunadas relaciones con personajes del poder mexicano…


–Desde luego que no –


Desde esa terraza sideral donde se coloca para mirar y analizar el mundo, la vida… Fidel hace un brindis por que "en el mundo del futuro tengamos una sola Patria".


“¿Qué es eso de que unos son españoles, otros ingleses, otros africanos? ¿Y que unos tienen más que otros…?


“El mundo del futuro tiene que ser común, y los derechos de los seres humanos tienen que estar por encima de los derechos individuales… Y va a ser un mundo rico, donde los derechos sean igualitos para todos…”


–¿Cómo se va a conseguir eso, comandante?


–Educando… educando y creando amor y confianza.


Enlace: http://www.jornada.unam.mx/2010/08/3...ticle=026e1mun

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