DeNunCianDo - Ver Mensaje Individual

Samuelsb · 08-08-2010 , 22:45:05

Solo.

“Son lágrimas que se han convertido en sonidos del cuerpo,

no lo entiendes, se ha marchado sin entregarle mi ser,

se alejo de mí, sola ha quedado la desesperanza y las enormes ganas de gritar van apoderándose de mi razón.

¿Quién podrá curarme el dolor de la piel y los sentimientos corroídos por el silencio? Ya no puedo huir me he trasformado en una turba inquebrantable de soledades y dolores,

Sostenme, déjame caer cuando el último trago de la botella de vino falte en ella”.

Sebastián se levantó como pudo del sofá para abrir la puerta, llevaba tres días bebiendo y sabía a que venía ella.
Laura –al encontrarse frente la puerta abierta- lo miro, era la primer vez que lo notaba luego de su ruptura, un poco flaco, con barba espesa “barba de tipo miserable, no la debe estar pasando bien” –pensó-, camisa a cuadros, cabello andrajoso y con el cuerpo cansado, no era el hombre que hasta hace algunos meses atrás amó, era como si el paso inclemente del tiempo le hubiese golpeado, un torrencial le pasase por encima y no quedase rastro alguno de él.
Se le acerco y Sebastián apenas puso sus ojos en ella sintió como el pasado se le develaba a esa hora de la mañana.
-Hola, ha pasado tanto tiempo –dijo Laura con cierto nerviosismo-.
-Si… -dijo Sebastián con aire sarcástico y tomando de la botella de vino que tenía entre sus manos, se había acostado en el sofá y parecía no darle importancia a la persona que se encontraba de pie al lado suyo-.
-¿Sabes por qué estoy aquí?
-Samuel llamo para decírmelo… tus cosas están en el closet de atrás.
Laura cruzó las sala en silencio, todo se veía tan diferente como lo había dejado esos meses antes del presente, llego al closet, lo abrió, sus pertenencias estaban organizadas en cajas etiquetadas de acuerdo a su uso o forma de ornar las casas u habitaciones, “siempre tan metódico” –pensó con asombro respecto a Sebastián-, eran tres cajas que si bien estaban pesadas para su fuerza no le pediría a Sebastián el favor que le ayudase con ellas, sabía muy bien que después de lo sucedido anteriormente él no haría algo por ella, de puro milagro no encontró sus pertenencias por el piso o cualquier otra vejación como venganza contra ella, entonces fue arrastrándolas una a una hasta la salida, montándolas a su automóvil; Sebastián ni se inmuto, se apoltronó de manera placentera en el sofá, bebiendo de su botella de vino y siguiendo el ritmo de la canción de Sonic Youth con los dedos de su mano izquierda.
Cuando Laura terminó de montar la última caja al automóvil decidió despedirse de una vez para siempre de Sebastián, entró en la casa, de nuevo lo miró y él impávido ni se inmuto de su presencia, aunque sabía que estaba allí.
-Bueno, es todo. Me voy, quiero que…
-Mira –le dijo Sebastián arrebatándole la palabra de improvisto y lanzando sobre la mesa de la sala un sobre de manila que contenía todas las cartas y facturas de Laura y que habían llegado en esos dos meses de ausencia- esto es tuyo.
-Gracias –le respondió Laura-, gracias por…
-No hay de que –respondió Sebastián, volvió a recostarse en el sofá y de nuevo bebió de su botella.
La canción que terminaba era de Pearl Jam, el silencio se apodero del lugar y Laura rompió con este preguntando.
-¿Para cuando sale el nuevo libro de poemas?
-No sé.
-¿Por qué no lo sabes?
-No me he interesado.
-Entonces ¿Quién está a cargo de la publicación?
-Pues no debería interesarte quien a esta a cargo.
-Sebas, me preocupas –dijo Laura, en su rostro se podía observar una mirada compasiva por él.
-Preocúpate mejor por tu nuevo novio y su libro –estiró su mano y recogió los cigarrillos que estaban sobre la mesa, saco uno, lo prendió, luego se recostó. Tomo su botella y bebió, le dio de nuevo una larga calada al cigarrillo.
-Nunca me vas a perdonar lo que sucedió ¿verdad? –preguntó Laura a la expectativa de la respuesta que le daría frente a su pregunta.
-¿Para qué perdonar algo del pasado? No veo lógica, ya todo sucedió, está tranquila, no hay nada que perdonar, ya no hay nada más que decir.
-Bueno, si tu lo dices, entonces que las cosas queden así, me parece que…
-Lo que te plazca Laura, lo que te plazca, no tengo deseos de hablar, buen día… por favor, procura que tus facturas lleguen a tu presente no al pasado, estoy cansado de recogerlas y enviártelas. Desde que no te tengo me convertí en tu razonero, cartero y demás cosas que no me interesan.
-Lo siento, solo es…
-No lo sientas, simplemente hazlo, no quiero más esto.
-Lo haré.
-Eso espero.
-¡Adiós! –Melancólicamente se despidió Laura-.
-Adiós –respondió de manera simplona Sebastián-.
Laura viró para salir, camino hacia la puerta, la abrió sin mirar atrás, cruzo el jardín, llego al auto, se subió, arranco por última vez de aquel lugar. Sebastián miraba por la ventana mientras pensaba “Llévate tus recuerdo de una vez para poder…”.
En el equipo sonaba Since i don´t have you, cover de los Guns N´Roses.

Samuel Salazar Blandón.