Uribe modelo 2007
El 2007 fue el año del quiebre en la apariencia de Uribe. Los tonos oscuros del cabello presidencial empezaron a disminuir en la misma medida que lo hizo la confianza entre el mandatario colombiano y su homólogo venezolano. Estamos en el año en que Uribe cancela la mediación de Chávez y Piedad Córdoba para conseguir un acuerdo humanitario con las FARC. Desde entonces, el vecino se convertirá en una constante en la interrupción del sueño presidencial y sus ojeras derán cuenta de ello.
Uribe modelo 2008
El 2008 es el año más blanco en la historia capilar de Uribe y el más arrugado desde el punto de vista cutáneo. La crisis internacional tras el bombardeo sobre el campamento de Raúl Reyes en Ecuador, la explosión de la Yidis-política y la bomba parlamentaria de la "para-política", además del complicado proceso de extradición de los jefes paramilitares dilataron la apariencia del mandatario, quien pareció envejecer casi una década en menos de un año. No es para menos, 2008 no sólo es el año de la Operación Jaque y la consecuente liberación de Ingrid Betancourt, son también los días en que hace su debut un término que nos acompañará a los colombianos hasta el final de nuestros días como nación: "los falsos positivos".
Uribe modelo 2009
Kilos de menos y un rostro que pide descanso: el 2009 fue uno de los años más difíciles para la apariencia física del mandatario. Mientras el fantasma de los "falsos positivos" perseguía las fuerzas militares, sus más cercanos colaboradores terminaban salpicados por el escándalo de las "chuzadas" y el referendo reeleccionista comenzaba un largo recorrido hacia lo que parecía una victoria segura. Pero también comenzaron las peleas con la Corte Suprema y se firmó el acuerdo militar que permitía la
presencia de militares norteamericanos en Colombia. El vecino empezó a hacer ruido y Uribe no pudo dormir, su rostro nos lo dijo todo.
Uribe modelo 2010
Las canas cubrieron por completo la cabeza presidencial el 26 de febrero de 2010, fecha fatídica para el uribismo militante, cuando el referendo reeleccionista fue declarado inexequible por la Corte Constitucional. Desde allí, la ya probada apariencia física del presidente empezó a pedir vacaciones pero los martillazos con los vecinos no permitieron un respiro a sus arrugas.