Una persona sensata no discute la muerte de Manuel Cepeda, es más, la reprueba por no ser la manera correcta de debatir y confrontar las ideas de este. Hasta ahi bien. Lo que pasa es que Ivan Cepeda ha tomado este hecho para desprestigiar y saciar toda su sed de venganza que tiene con el actual gobierno y con la sociedad en sí. Alguien con paz en su interior le bastaría con una simple disculpa y tal vez con una indemnización, y logicamente, con la condena de los directos culpables. Pero no, el espera una especie de ritual de humillación, donde vea al presidente postrado ante el senado completo, con transmisión internacional, para asi poder colmar ese deseo de venganza. Y si fuera sensato, también pediría perdón al país, por algunos hechos y comentarios de su padre, donde legitimaba la lucha armada de las far, donde ensalzaba a algunos de los fundadores de ese grupo maligno.