Lleva 25 años intentando meter a su padre a la cárcel por abusar sexualmente de su hermana

Foto: Fotoilustración / CEET
Hoy, el violador tiene casi 80 años y no asiste a las audiencias.

Aunque ha sido denunciado, sigue viviendo en la misma casa con la víctima de las violaciones.

Una mañana de abril de 1985, Luis Fernando Morales Ochoa, que tenía alrededor de 15 años, se dio cuenta de que su papá abusaba de su hermana y le contó a su mamá, pero no pasó nada.

"Somos una familia de 9 hermanos: 8 hombres y una única mujer, que fue atropellada siempre por mi padre", recuerda.

Cuando completó la mayoría de edad, Luis Fernando decidió acudir a la justicia y denunciar lo que pasaba, ya que todos vivían bajo el mismo techo y los abusos seguían.

"Desde ese momento empecé una lucha constante para que mi papá no siguiera abusando de mi hermana y hasta me gané problemas con el resto de mis hermanos, al punto de que nos fuimos a las manos", relata Morales.

Cuando logró que la Fiscalía le prestara atención, y las autoridades fueron a buscar a Luis Horacio Morales Mesa, su padre, los hermanos suplicaron que no se lo llevaran y se comprometieron a evitar que continuara el abuso .

"Pero, para ese momento, mi papá ya era un alcohólico y cada vez que tomaba se descontrolaba y golpeaba a mi mamá. Yo creía que mi hermana, porque ya estaba grande, no seguía siendo víctima de abuso y el único problema en la casa era el alcoholismo, pero me equivoqué", agrega Luis Fernando.

Pero la situación empeoró cuando, a los 25 años, la hermana de Fernando quedó embarazada de su padre, quien la seguía violando, según el testimonio de su hermano y de la madre.

Así, los dos decidieron regresar a la Fiscalía, esta vez apoyados por la hermana, e instauraron una nueva denuncia. Ella relató que su padre abusaba de ella desde los 7 años y desde entonces vivía sumergida en el miedo.

Pero el testimonio no fue suficiente y el caso fue denunciado por ellos ante las diferentes autoridades. Incluso, la Comisaría de Familia de la zona Seis de Medellín señala que "el señor Horacio Morales Mesa no se ha presentado a las audiencias, no aduce justificación alguna para la inasistencia y se entiende que acepta los cargos". También asegura que la conducta del padre "ha resultado ser totalmente destructiva de la unidad y la armonía familiar".

Ahora, el hermano-sobrino de Fernando, que ya tiene 30 años, debe recibir asistencia médica especial, pues nació con problemas congénitos y padece de epilepsia.

"No sé por qué nunca las autoridades hicieron algo. Ahora mi papá es un señor de casi 80 años, pero yo no voy a descansar hasta que pague por lo que le hizo a mi hermana y el maltrato a mi madre", dice.

Este diario indagó con la Fiscalía si existía alguna orden de captura, pero la respuesta fue negativa. El hombre sigue viviendo en la misma casa donde está su hija con su hijo-nieto.