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Denunciante Ultra
 |  El triunfo de las amenazas
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 | Por: Libardo Gómez Sánchez, Diario del Huila, Neiva, junio 7 de 2010 El día de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en la mañana me encontré con un chupetero, el que se gana la vida con un carrito vendiendo raspado de hielo con anilina roja y lechera y limonada con escarcha, blandiendo el escudo de Santos en su pecho; ante la pregunta que le hiciera de las razones para acompañar la fórmula de Uribe, me respondió: “es el único que nos defiende de la amenaza de una invasión de Chavez”. En ese momento mis argumentos para persuadirlo de su error fueron inútiles, pues al mediar el día lo esperaba un almuerzo ofrecido por la campaña del candidato en mención. Otros frente a igual interrogante afirmaban que Santos es el único que nos protege del fortalecimiento de la guerrilla y los envilecidos con la limosna de Familias en Acción juran que un presidente sin la bendición de Uribe daría por terminado el programa. Tal vez estas fueron las amenazas que se escucharon con mayor recurrencia en los distintos corrillos con motivo de los comicios electorales recientes.
En relación con el primer argumento, esta semana en el diario El tiempo –de innegable postura uribista - se presentaron las principales conclusiones del estudio que sobre el gasto militar en la región en el 2009 hiciera el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) que ubica a Brasil en primer lugar, seguido por Colombia quien con los 10.055 millones de dólares fue el que más gastó en relación con su PIB muy por encima de los 3.254 millones de dólares que empleó Venezuela en el mismo año. Se pregunta uno con estas cifras de ser cierta la inminencia de guerra entre los dos países, quien pareciera estar preparándose para ella? Por supuesto esto sin contar las bases gringas en Colombia que se justifican con narcotráfico y el presunto peligro que representa Chavez.
Sobre el recrudecimiento de la violencia guerrillera, ella continúa ahí, la seguridad democrática únicamente retrotrajo a estos grupos a sus posiciones antes del Caguán, pero mantienen una actividad permanente lejos de su liquidación como anuncia continuamente desde hace 8 años el gobierno; además quedó claro en los debates que ningún partido y candidato renuncia al monopolio de la fuerza que es privativo del estado de derecho, aunque solo uno propuso acompañarla del diálogo tal como acontece en las naciones civilizadas de Inglaterra con el IRA y España con ETA y como se resolvió en Sudáfrica con el Apartheid. Y en relación con los programas asistencialistas que tienen su origen en propuestas del Banco Mundial para mitigar la inconformidad de los pueblos por los terribles resultados de la aplicación del libre comercio funcionan, incluso en la Venezuela del Socialismo del siglo XXI, porque corresponden a una función del Estado de atender a los sectores vulnerables de la sociedad en cualquier época y lugar.
Así pues las presuntas amenazas que arrearon a millones de electores el domingo 30 de mayo y que presumiblemente lo harán el 20 de junio próximo, resultan ser una ficción bien adobada que atemorizó tanto a la población al punto de pesar más en sus mentes que sus necesidades vitales de empleo, salud, educación, servicios públicos a costos razonables, todos tan escasos en estos días. Continúa escuchándose entre quienes no tienen asegurado el sustento diario, carecen de toda protección social y circulan en el territorio que sus pies les permiten llegar, por lo que escasamente conocen los linderos del municipio de su residencia, que “ahora si se puede viajar por las carreteras de Colombia”. Finalmente nuestro chupetero podrá acostarse con el estomago vacío pero con la creencia de que gobernará el que frene al locuaz vecino.
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