El empleo de Debrahlee Lorenzana peligra de nuevo La ejecutiva estadounidense despedida de Citibank por vestir de un modo demasiado sexy vuelve a estar en la cuerda floja
Fue
despedida por vestir de una forma
demasiado atractiva y su puesto de trabajo vuelve a estar en juego. La neoyorquina
Debrahlee Lorenzana, quien aseguró que fue despedida de la financiera Citibank por ir a trabajar con un atuendo
muy provocativo, ve peligrar de nuevo su empleo:
sus nuevos jefes recelan de la repercusión que su historia ha tenido en los medios de todo el mundo.
Y no es una repercusión baladí. Los medios de todo el mundo recogen su relato y sus fotos, y el buscador Google incluye en lo alto de su lista de
búsquedas más frecuentes de la última semana, a nivel mundial, dos palabras:
Debrahlee Lorenzana.
Lo publica la página web del
New York Post, que acompaña su artículo de una
fotogalería con varias imágenes de la empleada.
Lorenzana es de origen italo-puertorriqueño, tiene 33 años y lleva días en la prensa digital estadounidense y su causa cuenta con gran apoyo en redes sociales: a última hora de este martes, su grupo mayoritario
supera en Facebook los 4.000 seguidores.
Demasiado atractiva
Acusa a los directivos de Citibank, contra quienes ha presentado una demanda, de discriminación tras rescindir su contrato por ser, según sus propias palabras, recogidas por varios medios neoyorquinos,
demasiado atractiva. Y ahora ve peligrar la relación con sus nuevos empleadores en el banco Chase.
Sus nuevos jefes están molestos por los derroteros que está tomando la historia de Debrahlee Lorenzana, digna de ser llevada al cine, y ya han comenzado a presionar, según la versión de la empleada, para deje de ofrecer entrevistas y aparecer en televisión.
Creen que ofrece una mala imagen de la industria financiera, en uno de sus peores momentos, y le han sugerido que reduzca completamente su presencia en los medios si no quiere ser despedida.
Por el momento, Debrahlee Lorenzana no ha reducido su actividad mediática y sigue acudiendo a platós de televisión y respondiendo a las preguntas de la prensa local, a pesar de las amenazas de sus jefes. Su forma de actuar no parece ser muy bien vista en Wall Street y, sin embargo, se ha convertido en todo un fenómeno mediático.