Por los medios virtuales se ha hecho más fácil expresarse políticamente y ya he visto tanto a verdes como ha uribistas usar, con mucha soberbia, la frase “el que no sabe de historia está condenado a repetirla”. Entonces hablemos de historia, porque sí hay algo que ha caracterizado la política en Colombia desde sus primeros años como nación soberana es una polarización que lleva a una política de ángeles y demonios.
El ejemplo que tenemos hoy en torno a la segundo vuleta de las elecciones presidenciales es que para los verdes ven a Santos como un corrupto asesino y a Mockus como un genio honesto, mientras los uribistas ven a Mockus como un loco con déficit mental y a Santos como el único capaz de proteger al país de enemigos internos y externos. Cada grupo tiene a su ángel, y ve en el otro candidato a un demonio. Pero esto no es algo nuevo nuestra nación ya pensaba de esta manera desde el mismo proceso de independencia donde realistas creían en la justicia casi divina de la monarquía y veían en los independistas un grupo de revoltosos sedientos de poder, y los independistas creían en la necesidad de una nación soberana que no fuese explotada por la tiranía de un monarca transatlántico.
Cuando logramos la idependencia continuamos con esta polarización y los nuevos ángeles y demonios fueron los mismos padres de la patria. Mientras unos decían que Bolívar era un héroe libertador y Santander un asesino traidor, otros decían que Santander era un académico e intelectual y Bolívar era un dictador guerrerista obsesionado con el poder. Esta forma de pensar solo llevaría a dictaduras, asesinatos y exilios que verían correr la sangre de muchos de los héroes a quienes debemos nuestra independencia. Años después pasaríamos a otro escenario, con otros ángeles y demonios, esta vez unos a hablarían de centralistas como burócratas ladrones y regionalistas como trabajadores esforzados y explotados, mientras otros dirían que los federalistas eran unos ignorantes pasionales y los centralistas unos intelectuales en busca de la integridad. Al menos en nuestros colegios la historia que se enseña solo incluye la parte en que “todos son amiguitos y pelean contra los malvados españoles” y se omiten personajes como Agualongo y eventos como la revolución de los conventillos, la guerra de los supremos, el asesinato de Sucre, el fusilamiento de Padilla y otros eventos producto de la devoción a los ángeles y el odio contra los demonios.
A raíz de estos y otros choques radicales se establecería el escenario que protagonizo la política Colombiana durante muchos años, la competencia entre los partidos tradicionales la cual mantenía usa visión política de angeles y demonios.
¿que nos ha dejado este forma de hacer política? Guerra.
Somos una naciones que a duras penas conoce la paz, que ha pasado la mayor parte de su historia en una u otra guerra, muchas de ellas guerras civiles en las lo único que se logro es colombianos hicieran correr la sangre de sus compatriotas. Esta política tan conflictiva solo lleva a logros tan absurdos como el librar y ganar una guerra contra el Peru para ceder territorio, han visto la cola bonita que tiene el mapa Colombiano en el amazonas, adivinen a que se debe.
Los tiempos cambian pero la historia la seguimos repitiendo, lo que antes se decía en panfletos y reuniones clandestinas hoy se trasmite por blogs y twits, insultos contra los demonios y halagos para los ángeles. Va siendo hora en la historia colombiana que los ciudadanos reconozcan la humanidad des los políticos la cual se caracteriza en tener tanto virtudes como defectos.