Diez ex comandantes del Ejército hicieron un pronunciamiento hace pocos días: les piden a los candidatos no usar a las Fuerzas Armadas como tema de campaña, aseguran que se acabaron el fuero y la justicia penal militar, y que esto tiene menguada la capacidad de combate de las tropas. Aunque los militares no deliberan, cuando los retirados hablan se sabe que representan el sentimiento del grueso de los oficiales activos, y por eso en otros tiempos un pronunciamiento como este se habría considerado un ruido de sables. SEMANA le preguntó al general Mora, uno de los más influyentes militares del país, qué hay detrás de esta carta.
SEMANA: ¿Por qué este pronunciamiento en época electoral?
JORGE ENRIQUE MORA: Es la primera vez en la historia que los ex comandantes del Ejército se reúnen para poner sobre la mesa una realidad: los soldados, los suboficiales y oficiales están preocupados por el manejo que se le ha dado a la justicia penal militar, al fuero militar y al tema de los famosos 'falsos positivos' que los han explotado políticamente, afectando la moral del Ejército. La moral de las tropas es algo bastante delicado.
SEMANA:¿La actuación de la justicia desmoraliza a la tropa?
J.M.: Ningún ejército del mundo está enfrentando una guerra con tantos obstáculos, con tantas normas, con tantos reglamentos como los que le han impuesto a este. El soldado no sabe si combatir o no, porque esos documentos consignan pautas que prácticamente impiden su actuación. Y a la incertidumbre se suma la sensación de desprotección total, porque el oficial que se ve expuesto a una investigación penal no cuenta con ningún tipo de defensa desde la institución.
SEMANA:Antes los militares eran prácticamente intocables. ¿Le molesta que la justicia haga su trabajo?
J.M.: No estamos del lado de la impunidad ni del delito. El que cometa un delito en el Ejército, que responda. Pero nuestros hombres están siendo sometidos a investigaciones por la justicia civil que no conoce de la guerra. ¿Qué oficial quiere ir así a pelear la guerra? Ninguno.
SEMANA: ¿No cree que se pueda librar una guerra respetando los derechos humanos? ¿Es eso posible?
J.M.: Nuestros hombres viven una guerra real, así política y oficialmente el gobierno no la reconozca. La desgracia es que les toca afrontar esa guerra en el marco de una justicia civil. Eso no lo vive ningún ejército del mundo. A todo ejército en guerra se le aplica la justicia penal militar. Menos en Colombia.
SEMANA: Pero la justicia penal militar sigue vigente...
J.M.: Esa justicia se acabó desde que Camilo Ospina, al frente del Ministerio de Defensa, se la regaló a la Fiscalía. Toda la institución militar sintió alivio cuando se retiró de la terna para Fiscal. Él desconoció al Consejo Superior de la Judicatura, que es el organismo competente para dirimir las colisiones y decir si un caso le corresponde a la justicia penal militar o a la ordinaria. Él dijo: "Todo lo debe conocer la Fiscalía".
SEMANA: En casos como la masacre de San José de Apartadó o el bombardeo a Santo Domingo, la justicia militar no funcionó...
J.M.: Es posible que la justicia penal militar haya cometido errores en algunos momentos, pero motivados por su debilidad. Nadie la fortaleció. En lugar de darle recursos para nombrar jueces y fiscales militares, lo que se hizo fue acabarla.
SEMANA: ¿Ustedes hablan por los militares activos que no pueden deliberar?
J.M.: Los militares retirados sabemos perfectamente lo que pasa adentro, lo sabemos porque quienes ahora están en el mando fueron nuestros subalternos. Nosotros somos la voz de los militares de servicio activo que por disciplina no pueden expresar lo que están sintiendo.