Una vez estalló el escándalo de la intervención de teléfonos dentro del DAS, o como se conoció popularmente como las "chuzadas", hizo recordar el más grande operativo de persecución ejecutado por los Estados Unidos entre 1956 y 1971 conocido como el COINTELPRO (Programa de Contrainteligencia), y perpetrado por el FBI con el fin de "desmantelar, descarriar y/o neutralizar" a grupos de disidencia interna en los Estados Unidos.
Para empezar es esencial empezar por definir qué era la COINTELPRO. Este programa fue creado en 1956 durante el gobierno de Dwight D. Eissenhower con el fin de infiltrarse, crear divisiones y desmantelar o neutralizar organizaciones consideradas como disidentes o que representaran una "amenaza para la democracia de los Estados Unidos". Los objetivos de esta organización incluían partidos políticos como el Partido Socialista de América y el Partido Comunista de los Estados Unidos, organizaciones civiles por los derechos de los afroamericanos y hasta el Ku Klux Klan. Los métodos del COINTELPRO empezaban por intervenciones telefónicas e infiltraciones y trascendían hasta el uso de la fuerza extralegal. Importantes líderes sindicales, activistas de los derechos civiles y miembros de partidos de orientación socialista/comunista fueron asesinados y se desconoce aún cuñantos muertos dejó como resultado este programa. Sólo muchos años después se dieron a conocer múltiples objetivos, que incluían desde activistas hasta actores de Hollywood.
Pero, ¿qué tan cerca estamos de que algo parecido ocurra en Colombia? No sabemos realmente. Pero ya ha iniciado una campaña múltiple de desprestigio ante grupos y partidos opositores en este país, no sabemos si con el reciente descubrimiento de las investigaciones extrajudiciales realizadas desde el DAS se llegará a parar este fenómeno que no es más que un ataque a la libertad política y al pluralismo que tanto se proclama que en este país se defienden. Quién sabe (y espero que no) si lo que hoy son sólo intervenciones telefónicas terminen convirtiéndose en misteriosas muertes y desapariciones.
Es cierto que la nación está en amenaza, pero identificar esta amenaza no es fácil. Las acusaciones irresponsables no pueden continuar. Los organismos de inteligencia deberán entonces ser reformados y constituidos en base al respeto de los derechos del individuo, el respeto a su integridad y a su privacidad