Por: Libardo Gómez Sánchez, Diario del Huila, Neiva, mayo 10 de 2010
Mediante el uso de las encuestas las campañas presidenciales de Santos y Mockus manipulan a la opinión pública simulando un escenario en el que los demás candidatos desaparecen del mapa electoral. Según este infundio únicamente vale la pena votar por uno de ellos dos. Según su lógica hacerlo por otro es desperdiciar el voto. Este falso paradigma ha facilitado que indecisos e incluso simpatizantes de otras campañas tiendan a caer en la trampa y modifiquen su intención de voto por la costumbre de “estar supuestamente con el ganador”.
En esa dirección también sucumbe un segmento de opinión que anteriormente apoyó al Polo y terminó por aceptar como ciertas, contra toda evidencia, las mentiras del gobierno orquestadas desde el DAS y profusamente difundidas por los medios: que el Polo está dividido, que no se pronuncia categóricamente contra el terrorismo de la guerrilla, que es un apéndice de Chávez, que la administración de Samuel Moreno es clientelista; y optó por el Partido Verde que no es más que un calmante para los males que padece la nación, los que, en caso de ganar el girasol, continuarán avanzando. Las escusas para esta conversión sobran, cualquiera de los errores cometidos por Petro o algún dirigente de cualquier nivel reconocido del Polo, se convierten en argumento para descalificar lo hecho en estos años confrontando el paramilitarismo y la violencia guerrillera, los TLC, el AIS, los falsos positivos, los atropellos a los trabajadores, la entrega de los recursos naturales, los abusos de las EPS al amparo de la ley 100, los excesos en tarifas de servicios públicos regulados por la ley 142, las chuzadas que develaron la conspiración contra la oposición, el periodismo independiente, los defensores de derechos humanos y las Altas Cortes. Por el contrario los conversos vuelcan su simpatías a una alternativa que permaneció muda los ocho años frente a los crímenes del gobierno y solo se pronuncio para consensuar sus políticas neoliberales.
En este debate resulta fácil mostrar la inconveniencia de la perpetuidad del régimen uribista en cabeza de Santos, cómplice de las iniquidades contra los colombianos; otra cosa es dejar en claro la verdadera naturaleza de Mockus de quien de manera magistral la formula vicepresidencial del Polo la doctora Clara López apuntó: tiene la facultad de enredar las cosas simples y de emplear imágenes que simbolizan el atraso como si fuera una genialidad. O qué puede decirse de emplear en la era digital el lápiz como la representación de su política de educación, en lo que ya ha actuado al entregar los megacolegios públicos para negocio al sector privado y elevar las matrículas de los estudiantes de la Universidad Nacional.
Los comentarios de las gentes del común en relación con los debates que se han presentado en televisión y en radio es que quien presenta un programa coherente distinto a la monserga alrededor de la seguridad democrática y la confianza inversionista, es Petro; ha expuesto sobre temas que tocan el alma de los colombianos como el derecho al trabajo, cambios en el régimen de salud, garantía del mínimo vital en la distribución de agua potable, educación gratuita y de calidad, justicia y reparación para los desplazados, solución dialogada del conflicto sin renunciar al monopolio de la fuerza del Estado, y plantea la trilogía del saber, el crédito y la tierra para desarrollar la producción nacional de alimentos y materias agropecuarias para la industria y el mercado nacional, todo esto conforma una propuesta que garantiza cambios sustanciales en el futuro de Colombia.
Deberíamos decidir nuestro voto no por el destello de las encuestas sino por la solidez y claridad de los programas, visto así el apoyo a la continuidad de la política neoliberal es un voto inútil, no resuelve ningún problema, el voto útil es el que garantiza cambiar el rumbo.