Respuesta: -Carta abierta a Antanas Mockus- Como muchos, me debatía entre el apoyo a usted o a Sergio Fajardo, porque agradezco la dirección que su gobierno le dio a mi ciudad en asuntos definitivos, y los efectos contundentes que sus políticas han obrado sobre mi propia vida. Por eso el día en que anunciaron la unión, la celebré por teléfono, por internet y en la sala de mi casa como si hubiera recibido un premio gordo.
¿Que qué me dan?, me preguntan los señores rabiosos de las calles: pues una cosa esponjosa, huidiza y verde que se desgasta con el uso y el abuso, llamada esperanza. Pero que si se trata como un bien sagrado -tan sagrada como puede ser la confianza que alguien deposita en uno- fertiliza, florece y da frutos.
Por eso insisto, amigo Antanas: hace muchos años prometí no involucrarme nunca en política. Mi vida, decía yo, se movería sólo en los terrenos de la más pura y simple vida cotidiana, con mi yo y mis circunstancias. Y aunque sé que el vicio de informarme a fondo antes de opinar será difícil de dejar, trataré de recuperar mi antigua vida en unos días, cuando usted -porque los incendiarios del odio, el miedo y la ignorancia no nos arrebatarán este sueño- se abroche el cinturón de seguridad de tres colores en la Plaza de Bolívar.
Hice esta excepción porque le creo. A usted. Y a quienes lo rodean.
Sé que no me defraudará. Eso creo y eso siento. Pero si lo llega a hacer, le juro que le va la madre por abuso de confianza.
Con todo el aprecio, su amigo, aliado y crítico,
Juan Miguel Villegas
Ciudadano colombiano |