De ratificarse el proceso, se espera que la Corporación defina quiénes atestiguarán y que otras pruebas se dispondrán en juicio.
En la mañana de este martes la Corte Suprema de Justicia definirá si acepta o no la nulidad invocada por la defensa del ex senador Mario Uribe, dentro del proceso que enfrenta por parapolítica.
Si la Sala Penal reafirma su postura de mantener el proceso en contra del primo del Presidente Uribe, es probable que en el curso de la misma audiencia, se determine de una vez por todas quiénes atestiguarán y qué tipo de pruebas serán practicadas a lo largo del juicio.
Cabe recordar que el dirigente había renunciado a su fuero parlamentario, luego de que la Corte lo llamara a juicio por sus presuntos vínculos con grupos paramilitares, tratando de evitar que fuera ese alto tribunal el que asumiera su juzgamiento y que fuera la Fiscalía la que efectuara toda la investigación.
Pese a que recuperó su libertad de manera provisional, la Corte Suprema lo llamó a juicio nuevamente, luego de retomar una vieja jurisprudencia que le permitía mantener la competencia en los procesos en contra de servidores públicos que estuvieran siendo investigados por delitos que se derivaran de sus funciones como tales.
Las declaraciones de Jairo Castillo Peralta, alias “Pitirri” significaron el principio del calvario para Uribe Escbar, pero fueron las altas votaciones que de cara al Senado obtuvo en el departamento de Córdoba las que se constituyeron en otro de los pilares del llamado a juicio.
Para la Sala Penal no resulta lógico que el dirigente, fundador del Partido Colombia Democrática, haya obtenido un respaldo tan notorio de parte de los sufragantes en esa región del país, mucho menos cuando se trata de alguien que, como el acusado, no es oriundo del departamento ni tiene mayores vinculaciones para con la zona.
"La Sala analizó cuidadosamente los resultados electorales en los municipios de Sahagún, Montelíbano, Planeta Rica y Chinú en los procesos electorales de 1998, 2002 y 2006, por lo se pregunta, cómo puede alguien, quien quiera que sea, que no es de la región y que tiene una vinculación de otra especie más que política, obtener unos niveles de votación como nunca los había tenido y luego volver a sus cauces normales sin mayor explicación", dice la acusación, con el consecutivo No. 27.918.
Además, adviertió el Tribunal, las explicaciones de la defensa no han sido lo suficientemente satisfactorias como para establecer un porqué de tan contundente respaldo en condiciones de visible excepcionalidad como las descritas, aún cuando se las atribuya al creciente respaldo de la ciudadanía, a nivel nacional, a su primo Álvaro Uribe.
Otro de los puntos a controvertir por el acusado será el supuesto encuentro con Salvatore Mancuso que, en compañía de la ex congresista Eleonora Pineda, ya condenada por parapolítica, habrían establecido una alianza en Tierralta, Córdoba, para consolidar una estructura de poder político y económico en la región.
En torno a las declaraciones de Jairo Castillo Peralta, alias "Pitirri", los magistrados de la Sala Penal se acogieron a los señalamientos del testigo frente a la forma como acostumbraban a operar las Autodefensas, empecinadas en establecer pactos con líderes políticos y comerciantes en cada zona, con el fin de dar trámite al proceso de refundación del Estado Nación colombiano.
Además, recuerda la Corte, el testigo dice haber verificado que Mario de Jesús Uribe Escobar sí se valía de la presión armada de los paramilitares para conseguir tierras a sumas módicas, pues fue él mismo quien protagonizó una de esas tretas.
"Jairo Castillo Peralta diría que la relación de Mario Uribe con las autodefensas no era nueva, pues él le había colaborado cuando fue parte de esos grupos ilegales durante el año de 1998 para apoderarse de tierras en la Región de San Marcos en el departamento de Sucre, obligando a los dueños de predios a cederlos a precios por debajo de su valor real", precisó la Sala en la acusación.
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