El descarado intervencionismo de Hugo Chávez en la política colombiana es el verdadero daño que representa este señor para este país, y lo único que logra con su intervencionismo es afianzar la intención de muchos colombianos que, seguramente, elegirán la opción que más se acerque a lo llevado a cabo por el presidente Uribe, y esa persona que recibirá la unción del uribismo será Juan Manuel Santos.
A falta ya de poco más de un mes para la primera vuelta electoral, las declaraciones de Chávez acerca de Juan Manuel Santos podrían representar una mayor intención de voto para el candidato de la U. El odio hacia este sujeto, aunque yo preferiría el término repudio, no ha sido gratuito. Desde algún tiempo Chávez ha cambiado su actitud hacia el gobierno de Colombia hacia un total desprecio, además de otros eventos como el asesinato y la captura injustificada de colombianos, de la cual no se ha obtenido respuesta, y la compra excesiva de armamento y su simpatía ideológica con las FARC.
El desprecio hacia Chávez se ha forjado a causa de estos eventos, no es nada gratuito, y en ese desprecio pareciera formarse una especie de miedo, un miedo a que Colombia se convierta en lo que es Venezuela en este momento. Por más que se niegue, Chávez no podría osar a invadir un territorio extranjero, porque aún en su desorden mental tan evidente tiene un mínimo de cordura que le recuerda que donde invada territorio ajeno tendrá no sólo problemas con Estados Unidos sino también con países que ha considerado "aliados" como China, Rusia y Brasil, entre otros, que ésa sería una guerra que nadie le alcahuetearía y que el apoyo sería relativamente muy poco, entonces, ¿para qué seguir dando atención a semejantes fanfarronerías?
Chávez sólo logrará, mediante su intervención en la política colombiana, afianzar el odio que le tienen desde este lado del Orinoco, y por ende, elegir a un presidente por puro y físico miedo. Sólo me queda dar un consejo, y es que voten libremente, sin presiones, sin miedo, pensando en lo que más le conviene al país y no por miedo ni por revancha contra gobiernos extranjeros.