Carlos de Inglaterra ha visitado por sorpresa a los soldados británicos desplegados en Afganistán. El Príncipe ha conocido de primera mano las posiciones de las tropas y ha pasado la noche en uno de los campamentos de los militares en la provincia de Helmand, en el suroeste de Afganistán, es el principal bastión de los talibanes en el país.
El príncipe deseaba familiarizarse con la situación en el terreno y alentar a la reconstrucción del país (donde se encuentran desplegados 10.000 soldados británicos) por intermedio de las organizaciones caritativas que sostiene, explicaron sus portavoces.

"Era la cuarta vez que trataba de venir a Afganistán. Es una gran alegría haber podido llegar hasta aquí", declaró el príncipe a los empleados de la embajada británica en Kabul el miércoles.

Los periodistas invitados a cubrir su visita fueron sometidos a un estricto embargo para garantizar su seguridad, hasta que saliera del territorio afgano.

Su hijo menor, el príncipe Harry, debió salir de Afganistán en febrero de 2008, después de que la prensa británica revelara que prestaba su servicio desde hacía diez semanas en la línea del frente.

Durante su visita, el príncipe Carlos se reunió con el general estadounidense Stanley McChrystal, comandante en jefe de las fuerzas de la OTAN en Afganistán.

Este jueves visitó Lashkar Gah, capital de la provincia del Helmand (sur), donde se reunió con el gobernador Gulab Mangal, así como con oficiales y expertos civiles del equipo de reconstrucción.