El mundo apagó la luz
Millones de personas, desde Quito (Ecuador) hasta las islas Chatman (Nueva Zelanda), se unieron la noche del sábado durante 60 minutos a la Hora de la Tierra, para combatir el cambio climático.
Se trató de la cuarta edición de la iniciativa, que se celebró con gran éxito, tres meses después del fracaso de la cumbre sobre el clima de Copenhague. Este año participaron unos 125 países, frente a los 88 del 2009.
Ciudades como París, Londres, Pekín, Moscú Sidney, Bombay, Atenas, Río de Janeiro, Nueva York, Washington, Quito, Bogotá, San José y Buenos Aires quedaron a oscuras con un sólo propósito: cumplirle a la organización ecologista Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que así busca concienciar sobre la gravedad del cambio climático.
"La acogida dada a la Hora de la Tierra fue inmensa. La tasa de respuesta es muy superior al año pasado", afirmó, por su parte, el fundador del movimiento, Andy Ridley.
Muchas multinacionales como Google, Coca Cola, Hilton, McDonalds, Canon, HSBC o IKEA se unieron al apagón.
Sídney, por la diferencia horaria, fue la primera en sumergir en la oscuridad varios edificios, con el apagado de las luces de la Ópera. Le seguieron otras ciudades y monumentos célebres del mundo, como las Pirámides de Egipto, la Fontana de Trevi y la Torre de Pisa en Italia, o la Torre Eiffel de París.
En América, la iniciativa también tuvo gran acogida. En Río de Janeiro, el Cristo Redentor permaneció a oscuras y la alcaldía organizó varias actividades.
El alcalde de la capital mexicana, Marcelo Ebrard, asistió al apagado de luces en la glorieta del Ángel de la Independencia, el monumento más emblemático de la ciudad.
En E.U. y Canadá, decenas de ciudades se unieron a la jornada de solidaridad con el planeta, que ahora, más que nunca, necesita mucho más que una hora de atención.