La crisis financiera ha llevado a los foros internacionales a debatir la reforma del sistema financiero y el papel de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que han sido objeto de fuertes críticas, especialmente por parte de varios líderes latinoamericanos. La respuesta del Banco Mundial combina la firme defensa de las políticas económicas implantadas en América Latina con una buena dosis de optimismo respecto a su futuro y alabanzas a los Gobiernos de la región. Así, Gloria Grandolini, directora para México y Colombia de esta institución, destaca en entrevista con EL PAÍS la rapidez con que Bogotá ha logrado diversificar su comercio tras los problemas con Venezuela y Ecuador y dirigirlo a China, que "según los últimos indicadores se está convirtiendo en su segundo socio comercial".
Grandolini, que el miércoles participó en una mesa redonda en la Casa de América de Madrid sobre los retos a los que se enfrenta la región, considera que "en general, se ha visto cómo el tipo de políticas de estabilización fiscal, de política monetaria y de tasa de cambio flexible" que los Gobiernos de la zona habían ejecutado anteriormente "realmente ayudaron a América Latina a salir" de la crisis, con la excepción de México, "que fue el que tuvo el crecimiento más negativo". Sin embargo, incluso en este país el Gobierno "pudo aplicar unas políticas contracíclicas que realmente ayudaron a contener el impacto de la crisis", afirma.
La economista, que puntualiza que "cuando hablamos de toda América Latina como conjunto sólo podemos dar unas grandes líneas", afirma que "hay varios factores positivos que hacen pensar" que la crisis tendrá "forma de V, y no de W, como algunos temían", es decir, que no habrá una nueva caída tras la recuperación. Entre ellos destaca la evolución positiva del comercio, la subida en el precio de las materias primas y la recuperación de la demanda interna.
En este sentido, Grandolini afirma que la posibilidad de acometer políticas contracíclicas ha hecho posible que "varios países hayan podido tomar la iniciativa en proyectos de infraestructura, en áreas donde se ha podido generar demanda y empezar otra vez a reactivar la economía".
También han ayudado los programas de asistencia social que países como México y Colombia ya habían diseñado, por lo que "se pudieron utilizar para tratar rápidamente de limitar el impacto en el consumo".
Grandolini es optimista respecto a la recuperación de la economía mexicana, que el año pasado fue golpeada también por el efecto de la gripe A, que "algunas estimaciones calculan que ha podido tener un impacto de en torno al 1% del PIB [producto interior bruto]". Sin embargo, la economista afirma que el efecto de la gripe A ha quedado atrás y cree que ya se aprecian señales positivas "no sólo en el sector manufacturero", sino también en los automóviles, el transporte y la construcción, así como la estabilización de la demanda interna, que tienen "un impacto positivo en el empleo, lo que da esperanzas de una salida".
La directora del BM para México y Colombia afirma que este último país, que ha afrontado problemas comerciales con Venezuela y Ecuador, ha logrado "diversificar rápidamente" sus exportaciones, "específicamente hacia China, que según los últimos indicadores se está convirtiendo en el segundo socio comercial" de Colombia. Es un lugar que tradicionalmente ocupaba Venezuela, tras Estados Unidos.
La crisis ha causado la caída de las remesas de los emigrantes y muchos analistas internacionales coinciden en que tardará en recuperarse el volumen de remesas anterior a la crisis. Grandolini afirma que "es todavía demasiado temprano para poder ver si [la caída de las remesas] es una disminución temporal o está cambiando estructuralmente, si hubo muchos de esos emigrados que están regresando. Es claramente un indicador que hay que observar en los próximos meses".
La economista afirma que "es muy positivo lo que está pasando en Brasil, porque es un ejemplo de que realmente hay posibilidades de crecimiento, de que sí se puede salir adelante" y de "cuáles son el tipo de factores y políticas que le han ayudado". Sin embargo, considera que "hay otras economías, como la mexicana, que también pueden aspirar" a alcanzar esta situación. "México tiene un nivel de ingresos más alto que Brasil, una tasa de ahorro más alta y las perspectivas de crecimiento para 2010 son bastante positivas", enumera.