El gobierno de Uribe ve “ventanas de oportunidad” donde no hay sino paredes de concreto. Desde hace un año y casi semanalmente, el gobierno difunde la noticia de que algún gesto del gobierno de Obama, abre la posibilidad de la aprobación próxima del TLC. El discurso de Obama sobre el Estado de la Unión fue una “ventana”, el cierre del TLC con la UE fue otra.
La última ventana fue la presentación que el Representante Comercial de EEUU, Ron Kirk, hizo de la agenda comercial de EEUU para 2010, en ella fue evidente, que después de todo este tiempo la administración Obama, solo promete, presentar en los próximos meses “una lista de cambios” que hay que hacer y eso incluye “normas y leyes laborales” que deben ser aprobadas o reformadas. En una audiencia ante el Congreso, Kirk, reveló que no solamente le preocupan los derechos laborales o la violencia contra sindicalistas, o aun la perdida de competencia con la Unión Europea, sino que había que “tener en cuenta al trabajador estadounidense y los empleos que se han perdido por la firma de tratados como estos”. A pesar de que este tratado está cerrado y super cerrado Kirk, hablando de Panamá, Corea y Colombia, señaló que “si se negocian apropiadamente estos tratados son una parte importante de la agenda de creación de empleo”; como quien dice habrá que reabrir la negociación de los textos para satisfacer las expectativas de EEUU y repetir el proceso para incluirlas en el ordenamiento jurídico colombiano. La agenda de Estados Unidos es duplicar las exportaciones en cinco años y Colombia es clave para eso. Estos obstáculos no se resolverán a corto plazo y seguramente solo por iniciativa de un nuevo gobierno en Colombia y con un nuevo Congreso, se estudiarían los cambios que EEUU promete presentar en un futuro. Hasta la embajadora Carolina Barco dijo que la administración Obama “parece apenas estar definiendo su estrategia para Colombia”.
A esto hay que sumarle que en noviembre habrá elecciones cruciales para el Senado y la Cámara de representantes en EEUU y ningún demócrata querrá perder el apoyo sindical por causa de aprobar un TLC con Colombia. Para completar, Charles Rangel, afrodescendiente, presidente de la Comisión de Vías y Arbitrios de la Cámara y amigo del TLC, tuvo que renunciar a su cargo y fue reemplazado pos Sander Levin, amigo de los sindicatos. Esta comisión es la que determina si el TLC entra o no en la agenda del Congreso.
Es una buena noticia para el país y mala para el gobierno: no habrá TLC con Estados Unidos por lo menos durante este año. No importa cuántas giras hagan, cuántas empresas de cabildeo contraten, cuántos parlamentarios gringos traigan a mostrarles las ventajas de nuestra democracia. Todo será en vano. Pero como Uribe quiere perpetuar su política, seguramente se obstinará en hacer más privatizaciones, más liberalizaciones, al abrigo ahora del TLC con la Unión Europea que está en proceso de aprobación.
Hay que seguir alerta e incorporar la lucha contra los TLC a la agenda del movimiento social, que debe despedir a Uribe como se merece. Ya no habrá más Uribe en el gobierno, ahora hay que garantizar que no haya uribismo en la orientación del país.