Diferentes personalidades de la política, el periodismo y la cultura revelan en qué se gastarían esta y otras cuantiosas sumas de dinero.

Antanas Mockus
Candidato presidencial

US$100.000: La mitad en acciones pedagógicas para que el 14 de marzo la gente vea la importancia de votar en la consulta ciudadana para escoger el candidato presidencial del Partido Verde, entre Peñalosa, Lucho y yo. La otra mitad para apoyar la candidatura al Senado de John Sudarsky, un empresario y científico social con el que trabajé en mis dos alcaldías.

US$1'000.000: La mitad en las acciones pedagógicas; US$200.000 en iniciar un fondo para organizar un museo con las obras de Nijole Sivickas, mi madre; US$100.000 en entidades que desarrollen proyectos para promover la cultura ciudadana en Colombia y Latinoamérica, y US$200.000 en proyectos piloto de lectoescritura, inglés, matemáticas y ciencias en educación básica.

US$10'000.000:
US$500.000 en apoyar a Sudarsky para que desarrolle el enfoque de cultura ciudadana desde el Congreso; US$1'000.000 en el museo de Nijole; US$1'000.000 para apoyar entidades que trabajen en cultura ciudadana y tributaria. US$500.000 en un seguro educativo para mis hijos; 2'000.000 para mejorar lectoescritura, inglés matemática y ciencias en educación básica. Los US$5'000.000 restantes para crear empleo en Colombia.


Rafael Pardo
Candidato presidencial

US$100.000: Pagaría deudas

US$1'000.000: Compraría una finca

US$10'000.000: Pediría un subsidio de AIS.
(Publicado en la edición 38 de Revista DONJUAN)


Carlos Hurtado
Director Galería Nueveochenta

US$100.000: Me iría a Sao Paulo y aprovecharía para comprar algunas obras de artistas jóvenes como Marcius Galan, Iran do Spiritu Santo y Marcelo Cidade y seguramente unos muebles de ovo.

US$1'000.000: Me tomaría un semestre sabático viajando y estructuraría una beca para artistas jóvenes latinoamericanos.

US$10'000.000: Compraría una mejor casa, varias obras de artistas jóvenes latinoamericanos y el resto de dinero lo pondría a invertir en finca raíz e inversiones que generen rentabilidad, seguramente un fondo de arte es interesante, y con esa rentabilidad generaría apoyos a fundaciones y sin duda alguna viajaría más.
(Publicado en la edición 37 de Revista DONJUAN)


Lucas Jaramillo
Ex futbolista y empresario

US$100.000: Los invertiría en un jugador que tengo visto acá en Bogotá. No digo el nombre porque me lo quitan.

US$1'000.000: Le regalo 100.000 a Cata (su esposa es Catalina Aristizábal) y después monto una casa en Bogotá para hospedar niños con talento para el fútbol trayéndolos de Tumaco, Turbo, Necoclí, la costa, etc. En ella les inculcaría la necesidad de aprender un idioma y educación en general, además de entretenimiento normal, para que cuando los vendamos a Europa -como futbolistas- puedan superarse y triunfar como Mario Yepes, Iván Ramiro Córdoba y Juan Pablo Ángel, entre otros.

US$10'000.000: ¡No me vuelven a ver!
(Publicado en la edición 36 de Revista DONJUAN)


Felipe Zuleta
Columnista y ahora candidato Liberal al Senado


US$100.000: Pagaría deudas.

US$1'000.000: Pagaría deudas. Le daría el resto a los que saben manejar la plata y que sean ellos quienes produzcan mientras yo escribo lo que me dé la gana. Y descontaría algo para los niños de la Fundación Eudes.

US$10'000.000: Sobra decir que crearía un fondo para vivir sin pensar en lo que cuesta hacerlo. Por otra parte fundaría una organización con todos los fierros para rescatar la institucionalidad del país y para que la mafia no vuelva a entronizarse en el Estado. Todo esto a través de la información (medios de comunicación) y educación. Le donaría la misma plata a la Fundación Eudes y le solucionaría el tema de vivienda y educación a mis colaboradores inmediatos. Y como esa platica alcanza para más, me pegaría un viaje de un mes cada seis meses.
(Publicado en la edición 35 de Revista DONJUAN)


María Isabel Rueda
Periodista

US$100.000: Invitaría a mi hijo Pedro a Europa a que conozca en persona todos esos lugares históricos que viene estudiando en la universidad y sobre los cuales escribe todas las semanas en los periódicos.

US$1'000.000: Lo mismo, pero me quedaría a vivir un año y lo invitaría a que nos matriculáramos en la Sorbona en cursos de civilización francesa.

US$10'000.000: Lo mismo pero compraría un apartamentico modesto en París y una finca en la Toscana.
(Publicado en la edición 34 de Revista DONJUAN)


Paola Ochoa
Periodista

US$100.000: Alcanzan para una vuelta al mundo. Iniciaría por la Toscana, continuaría en Grecia, Turquía y Egipto. Después seguiría por Oriente Medio: Irán es ineludible. Iría a Persépolis, Qum, Isfahan, Tabriz y Shiraf. Luego a Buhara y Samarkanda, pasaría por Nepal, el Tíbet, China e Indochina. Luego brincaría a Australia, me broncearía en la Polinesia y finalizaría comiendo en México.

US$1'000.000: Ya es tanto dinero que justifica algo para toda la vida: una hermosa casa en la playa decorada con los más exquisitos mimbres y linos. Algo tan liviano y estético que sea parte de la brisa y se funda en el paradisiaco paisaje caribeño.

US$10'000.000: Sería un descaro gastárselos. Con tanto dinero, en Colombia toca invertir en una empresa de primera que genere empleo y ayude al país a prosperar (así puedo con las utilidades contruirme mi casa al lado del mar y pasear de vez en cuando por el mundo).
(Publicado en la edición 33 de Revista DONJUAN)


Andres Hoyos

Director Festival Malpensante

US$100.000: Es una cantidad frágil y fácil de dilapidar. Me la gastaría en ahorrarla para un año sabático sabroso y no demasiado lujoso que en este momento no me puedo tomar. De resto, 220 millones de pesos colombianos no alcanzan para comprarse nada robusto, como no sea un carro de gran lujo, que no quiero.

US$1'000.000: Me guardaría 200.000 para un año sabático por todo lo alto, y al resto le sacaría toda la pintura de primera que le salga, pintada por gente todavía no tan famosa.

US$10'000.000: Esta cantidad vuelve a ser frágil. Aunque le permite a uno jubilarse con muchos lujos Con la mitad o un poco menos, es posible comprarse un tremendo apartamento en cualquier gran capital del mundo, sólo que luego el mantenimiento le puede resultar ruinoso. En fin, creo que con esos diez millones formaría una fundación con propósito artístico de gran vuelo. La ventaja ahí es que se puede seguir creciendo su patrimonio con la ayuda de terceros.
(Publicado en la edición 32 de Revista DONJUAN)