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Zapatero, en su momento más aciago al frente del gobierno español
El ministro de Trabajo español Celestino Corbacho admitió que los últimos días -quizás los más aciagos que ha vivido el presidente Rodríguez Zapatero desde que llegó al cargo- son para olvidar.
Mientras la prensa hablaba de la semana negra española y el ambiente interno de los socialistas era de preocupación, el Gobierno era atacado por todos los flancos; dardos que no sólo venían desde el opositor Partido Popular (PP), que alcanzó a hablar de la necesidad de presentar una moción de censura para llamar de nuevo a elecciones, sino desde afuera, que advertían de la debilidad y el riesgo para la zona euro de los datos de la economía española, que cumplieron siete trimestres en rojo.
La cadena de malas noticias comenzó con el dato del desempleo, que ya roza los 4,5 millones de personas, casi un 20 por ciento de la población activa. En comparación con sus vecinos, el número de parados está 10 puntos por encima de la media. El responsable de Trabajo dice que desde el comienzo de la crisis se han destruido 2 millones de puestos y hay 1,3 millones de afiliados menos a la salud. Las perspectivas no son las más alentadoras: el mismo Gobierno admite que la posible recuperación se dará después del segundo semestre del 2010, pero que la creación de empleo va a ir más lenta.
Impopular, pero valiente
En este marco, el gobierno socialista anunció una propuesta para retrasar la edad de jubilación, el punto más sensible de la reforma pensional. El objetivo es pasar gradualmente de los 65 a los 67 años, con el fin, según el Ejecutivo, de garantizar la sostenibilidad del sistema a futuro. La propuesta, calificada por los mismos socialistas de "impopular", pero al mismo tiempo de "valiente", cayó como un balde de agua fría para los sindicatos, que rechazaron la iniciativa y, aunque se han sentado con el Gobierno a estudiar la propuesta, no han descartado la huelga general.
La crisis ya le ha pasado factura al Psoe, el partido de Gobierno. El PP, que ha pedido el abaratamiento del despido para salir del atolladero en línea con lo expresado por el gremio de empresarios ya saca ventaja de casi cuatro puntos en la intención de voto, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas. Esta misma encuesta devela que todos los ministros son reprobados por los ciudadanos.
Afuera de España se lanzaban otros misiles. Al mismo tiempo que Zapatero defendía, en enero pasado a capa y espada en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) la fortaleza de la economía española, y mostraba la solidez de la banca y un proyecto de austeridad para el gasto público, se escucharon voces de incertidumbre.
Una de ellas fue la del español Joaquín Almunia, comisario europeo para Asuntos Económicos, quien equiparó la situación de España con Grecia, que está en la mira de la zona euro por su alto déficit, algo que provocó la ira del gobierno de Zapatero, que calificó sus palabras de "injustas". A esta se sumaron las de Nouriel Roubini, destacado profesor de la Universidad de Nueva York, y del Nobel Paul Krugman, quienes afirmaron que España representaba una amenaza para la región, y su economía un riesgo "mayor que el de Grecia", respectivamente.
Obama no irá
Como era de esperarse, la bolsa cayó la semana pasada un 6 por ciento, por lo que el Gobierno decidió enviar a parte de su gabinete a Londres para levantar los ánimos de los inversionistas.
La presidencia de la Unión Europea de Zapatero, que ocupa por seis meses, acaba de sufrir un importante traspié. Mientras el Gobierno aseguraba que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, estaría en Madrid para la cumbre UE-EU, en mayo próximo -una de las más importantes del semestre- la Casa Blanca confirmó que la cita nunca se programó y que el mandatario de E.U. no va a asistir, algo que, según los contradictores, deja en duda el liderazgo del presidente español.
El próximo 17 de febrero, Rodríguez Zapatero volverá a ser fuertemente cuestionado sobre sus acciones contra la crisis. Esta vez será en el Congreso, donde lo espera la oposición en una rendición de cuentas. Sin embargo, a esta cita llega con avances, como lograr el visto bueno de sindicatos y empresarios para llevar a cabo una reforma laboral, el anuncio de ampliar por seis meses más un subsidio a los desempleados que se queden sin la ayuda, y un nuevo fondo local para los municipios, con lo que se espera crear 270.000 puestos de trabajo este año.
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