La presencia de “El Chapo”
En octubre de 2008, la policía de ese país recibió una alerta de sus pares mexicanos: el cártel de Sinaloa, que dirige Joaquín El Chapo Guzmán, preparaba una operación para sacar por Chile efedrina fabricada en Argentina.
La inteligencia policial y la Fiscalía Nacional intercambiaron información con México y Argentina, confirmó Rosende.
Las pesquisas dieron frutos: el 4 de marzo de 2009 ingresó a Chile, desde Argentina, el mexicano Javier Ramírez Gaspar. Después llegaron los sinaloenses Valeria Hernández Castro y Jorge Magallanes Leiva, que arrendaron un departamento en Santiago. El lunes 9 de marzo, la policía los capturó cuando intentaban embarcar hacia México más de 100 kilos de efedrina.
Donde se lava el dinero y se refina la coca del vecindario
Brasilia. Brasil es un país muy atractivo para la inversión externa. De hecho, ocupa el cuarto lugar en ese rubro. Ese atractivo no pasó inadvertido por los carteles del narcotráfico mexicano.
“El traficante mexicano usa Brasil para lavar dinero. Ellos cogen el dinero sucio de la venta de la droga y abren una empresa aquí. Hasta el momento, el problema de drogas que tenemos con México es este”, dijo Cairo Costa Duarte, jefe interino de la Coordinación General de Policía de Represión de Narcóticos, de la Policía Federal.
Sin embargo, Duarte no aportó cifras oficiales sobre las dimensiones del lavado.
Según la policía, México no figura entre las prioridades de la estrategia brasileña de combate al narcotráfico. La represión brasileña está concentrada en los tres productores de cocaína, Colombia, Perú y Bolivia, y en Paraguay, por donde pasa una parte de la droga antes de entrar a Brasil.
Solo el año pasado fueron incautadas más de 20 toneladas de cocaína, que llega al país en pequeñas embarcaciones, por los ríos de la Amazonía, o en aviones de pequeño porte. En las fronteras del centro y del sur, coches y camiones también traen el polvo.
“Tenemos un problema muy serio con relación a la cocaína porque Brasil hace frontera con los tres productores de la droga”, explicó Duarte, quen agregó que, en los últimos años, Bolivia aumentó su producción.
Refinamiento. Los bolivianos no fabrican la droga ya lista para ser aspirada, pero sí la pasta base, que es la fase anterior al polvo. Ese subproducto llega Brasil donde es refinada y sus residuos se convierten en crack .
El consumo de esa droga, de hecho, ha crecido y preocupado al gobierno brasileño a tal punto que el Ministerio de la Salud lanzó una campaña nacional para prevenir su uso y tratar a los dependientes.
Según la Policía Federal, Brasil ha suscrito varios acuerdos internacionales con sus vecinos para cerrar aún más el cerco contra las drogas. Con Paraguay, Perú y Bolivia la integración es tan grande que hay intercambio de policías.
También se ordenaron controles sobre casi 70 químicos usados para refinar la cocaína.
Un eslabón entre carteles de México y Colombia
Quito. Un “golpe” contra el narcotráfico ejecutado en el 2003 fue el que permitió a las autoridades ecuatorianas establecer un nexo entre los carteles mexicanos de la droga y Ecuador.
Según Pablo Aguirre, jefe Antinarcóticos de Pichincha, Ecuador es atractivo para el narcotráfico por su ubicación geográfica. Cuenta con vías marítimas directas hacia el centro y norte de América. Además, es un vecino natural de Colombia, donde se produce la mayor parte de droga.
Ecuador no solo es un sitio de paso, sino también de procesamiento y almacenamiento de los estupefacientes que llegan de Colombia.
Según Inteligencia, esos estupefacientes son de las FARC. Los mexicanos compran la droga a las FARC y luego se encargan de llevarla hacia Estados Unidos. “Envían grandes cantidades de dinero a Ecuador, para luego llevarlo hacia las FARC, en Colombia”, dijo el exdirector de un desaparecido cuerpo antinarcóticos.