La controvertida propuesta del presidente Álvaro Uribe de ofrecer dinero a estudiantes para que entreguen información sobre actos delincuenciales, más que peligroso para la integridad de estos jóvenes, pareciera convertirse en el pináculo de lo que muchos detractores de Uribe temían: la formación del Estado policiaco.
Para el presidente parece que no fueran eficaces las fuerzas públicas y las organizaciones de inteligencia para encontrar a los delincuentes, y ahora propone que sean estudiantes universitarios quienes también sirvan de colaboradores para la justicia. Creo que en ningún pais decente a la juventud se expondría a semejante riesgo que compromete seriamente sus vidas; pero en Colombia parece ser que ya hasta el respeto a la juventud se está perdiendo en nombre de una causa que está acabando con la integridad nacional, para supesutamente "alcanzar la paz".
La juventud ha sido siempre símbolo de esperanza, de cambio, de allí que muchos países protejan y eduquen a su población joven para que ésta tome las riendas del destino de sus naciones. La juventud tiene una gran capacidad de convicción, pero también es muy influenciable, y muchos regímenes de la historia han hecho presa de la juventud para difundir ideales que terminaron siendo funestos para sus naciones, tal fue el caso de las Juventudes Hitlerianas de la Alemania nazi; asimismo otros mandatos totalitarios vieron en la juventud un foco de propagación de sus ideas, como las Juventudes Comunistas en Checoslovaquia y Rumania, el Movimiento Socialista Juvenil en Alemania Oriental, los movimientos anticomunistas en Argentina y Chile, y últimamente las Milicias Bolivarianas en Venezuela.
La juventud no debe ser utilizada para estos fines, la juventud debe ser protegida y formada en valores para que el día que hereden la nación construyan un futuro mejor. Lastimosamente, esta nueva iniciativa de Uribe va encaminada no a un sistema de colaboración a la justicia, sino a la formación de una policía civil que se dedica a espiar a los ciudadanos, lo cual conllevaría a la creación del Estado policiaco, que es a fin de cuentas la cuota inicial del Estado totalitario.
Siendo joven me siento en la obligación de rechazar esta iniciativa. La juventud necesita educación, protección, no ser espiada ni persuadida a que se convierta en una policía civil.
LA INTEGRIDAD DEBE ESTAR POR ENCIMA DEL DINERO!