Una reflexión necesaria y pertinente para este año, que es el año del Bicentenario. Lo más triste es que en Colombia existe un sentimiento, que lo llamaría mentalidad de colonia y que no parece importarle a nadie. Somos dignos y valientes con nuestros semejantes (países de la región), pero a la hora de sentar una posición crítica a nivel internacional agachamos la cabeza ante los poderosos y los secundamos en sus atropellos.