El 16 de noviembre del año pasado, Jamar Pinkney Junior, de 15 años de edad, fue disparado en la cabeza por su padre, Jamar Pinkney, de 37 años, quien supuestamente había obligado al adolescente a desnudarse y arrodillarse en un solar antes de asesinarlo. La madre del adolescente, Lazette Cherry, dijo que el padre se presentó en su casa de Highland Park, Michigan, después de que ella le contara que su hijo había hecho una confesión sorprendente. Según Cherry, el chico de 15 años había admitido mantener “contactos inapropiados” con su hermana de 3 años y medio de edad. “Llame y le dije a su padre que aquello no era algo a esconder bajo la alfombra,” dijo Cherry.
Pinkney comenzó por golpear a su hijo con la pistola en la sala de estar de la casa donde el joven vivía con su madre antes de llevarlo fuera, pese a las suplicas de Cherry pidiéndole que parara. El padre se marchó con el chico desnudo al solar y lo hizo arrodillarse. Cuando el chaval suplicaba por su vida y su afligida madre observaba la escena, Pinkney lo ejecuto pegándole un tiro en la cabeza. “Se puso de rodillas y le suplico: ‘¡No, papa, no!’, y el apretó el gatillo”, dijo Cherry.
Pinkney fue acusado de asesinato en primer grado. También fue acusado de tres cargos de asalto criminal y un cargo de delitos con armas de fuego.
Su abogado, Corbett O’Meara, calificó el incidente como de “tragedia devastadora”. “Mi cliente está en estado de shock y en duelo, pero tiene la esperanza de que su familia pueda salir de esta tan entera como sea posible”, dijo O’Meara.
O’Meara dijo que Pinkney, que se entregó a las autoridades, no tenía antecedentes penales y que había trabajado durante años como cartero de la Oficina de Correos de los Estados Unidos. Aunque Pinkney nunca había sido diagnosticado con problemas de salud mental, O’Meara dijo que si los alegatos de asesinato eran ciertas, “debe haber problemas con su salud mental”.
Mientras tanto, la vecindad guardaba luto por la pérdida del chico, que dicen era conocido por sus amigos como “osito de peluche”.