Ver Mensaje Individual
Antiguo 31-12-2009 , 00:11:52   #2
jandresom
Denunciante Popular
 
Avatar de jandresom
Me Gusta
Estadisticas
Mensajes: 1.091
Me Gusta Recibidos: 240
Me Gustas Dados: 125
Ingreso: 20 jul 2008

Temas Nominados a TDM
Temas Nominados Temas Nominados 0
Nominated Temas Ganadores: 0
Reputacion Poder de Credibilidad: 28
Puntos: 24466
jandresom Es un explendido maestrojandresom Es un explendido maestrojandresom Es un explendido maestrojandresom Es un explendido maestrojandresom Es un explendido maestrojandresom Es un explendido maestrojandresom Es un explendido maestrojandresom Es un explendido maestrojandresom Es un explendido maestrojandresom Es un explendido maestrojandresom Es un explendido maestro
  
Predeterminado Respuesta: Colombia, la vena más abierta de América Latina

3.- ¿Que relación real existe entre el paramilitarismo y el Estado colombiano en el área?

Uribe y la élite colombiana han convencido a los Estados Unidos de que son la fuerza necesaria para impedir el avance de los movimientos sociales. Entre 1994 y 1998 la oligarquía colombiana pensó que podía perder el poder. Esa afirmación está recogida en diferentes documentos divulgados por analistas sociales de la derecha (por ejemplo, el Instituto Rangel). Los gobernantes optaron por la guerra sucia a mayor escala desde 1996. En ese marco se diseña el Plan Colombia. Para ese objetivo debían necesariamente producir una reingienería en las Fuerzas Armadas y subordinarlas directamente al Comando Sur del ejército de los Estados Unidos con base en Panamá, específicamente al 7º Grupo de Operaciones Especiales (los Boinas Verdes), quienes son los que han asesorado todo este proceso.

Para mí, las matanzas de Mapiripán y las mismas del Río Atrato marcan el inicio de un nuevo modelo de guerra sucia; la llevan a su máxima expresión, es decir, matanzas indiscriminadas de campesinos para lograr su desplazamiento mediante el terror, esto es en la Costa Caribe, Costa Pacífica, Pie de Monte Llanero, y las inmediaciones de las principales ciudades de la Costa.

Así se establece esta alianza de la muerte entre estado-gobierno-ejército y paramilitares. Los paramilitares no son ni más ni menos que subcontratistas que hacen el trabajo sucio y liberan al ejército de la represión atroz y descarada, preservando su imagen de institucionalidad. Luego el ejército consolida los territorios y se lleva los créditos como “garante” de la seguridad ciudadana.

Pero cuando los paramilitares se convierten en una amistad incómoda, en un incordio porque tienen memoria y conocen todo el rodaje, también pueden ser objetos de la represión. Se calcula que el gobierno ha tenido que matar a más de dos mil mandos del sicariato, capaces de demostrar sus vínculos con ellos y el narcotráfico.

Luego de doce años de guerra sucia, se ha hablado una y otra vez de desmovilización de los paramilitares. Siempre ha sido una farsa. Han cambiado de nombre, han muerto sus mandos, pero la guerra sigue igual. Continúa el expolio, las tierras jamás han sido devueltas, ¿por qué? Porque se trata de territorios con enormes riquezas para megaproyectos que no incluyen a los habitantes del entorno a la hora de intervenir con obras ingenieras. Se proyectan grandes centrales hidroeléctricas, oleoductos, carreteras, minas a cielo abierto, cultivos industriales con resultados catastróficos para la gente. No es mera coincidencia que ocurran las masacres en zonas cercanas a los megaproyectos no sólo en Colombia sino en México y Perú.

En el caso nuestro, una investigación adelantada por un grupo canadiense concluye que Colombia es uno de los 10 países más ricos en recursos del mundo, con yacimientos minerales de oro, cobre, manganeso, petróleo, además de recursos hídricos notables, e incluso plantas y animales sin clasificar. Por eso es que una premisa de los paramilitares cuando llegan a los campos y preguntan al propietario: "¡Me vende su tierra o le compro la vida!". Muchas veces lo que quieren es plantar palma africana para producir biodiesel. Así se han producido desplazamientos masivos a Turbo, Apartadó, Chigorodó, Medellín y Quibdó. Luego de matanzas de familias enteras.

En el caso del Río Atrato soy un convencido de que lo que está atrás de la matanza es la construcción de un canal interoceánico (Atrato-Tuandó) de las mismas características que el Canal de Panamá. La marcha triste de los desplazados se inicia en los despachos del BID y del Banco Mundial. Hay dos siglas tenebrosas a tener en cuenta, IIRSA y PPP. Iniciativa de Integración de Infraestructuras para Sudamérica y Plan Puebla Panamá. Ganancias para las multinacionales, violencia para los naturales. En nombre del progreso , campesinos inocentes y sus familias han muerto o han sido desplazados para codicia de las empresas y sus megaproyectos. ¡Exijo que se les haga justicia!

4.- ¿Cómo se explica entonces las reelecciones sucesivas de Uribe en el gobierno colombiano?

Para comprender la realidad específica de Colombia hay que remontarse a la historia del siglo XIX. Luego de la independencia de España, el poder se atomizó, nunca se consolidó un verdadero estado nacional. La burguesía de Colombia siempre fue vendida, sumisa, dependiente de otros poderes externos al país. La oligarquía gobernante se vendió primero a los ingleses desembozadamente, y luego a los Estados Unidos cuando cambió el imperio. Siempre fueron otros los que devoraron nuestras materias primas y jamás hubo políticas de desarrollo nacional ni una reforma agraria. Se trata de familias voraces que no han vacilado en vender los intereses nacionales a potencias extranjeras.

La violencia entonces se puede resumir en pocas líneas. Intolerancia política, alergia a las reformas sociales y asesinato sistemático de la oposición que se atreva a plantear los cambios en el sistema social de Colombia. Como resultado tenemos una democracia genocida, como bien la ha descrito el sacerdote Javier Giraldo. Los colombianos nunca hemos tenido paz, hemos sobrevivido en guerras interminables donde los que cargan el fusil son siempre los pobres, en uno y otro bando. Los guerrilleros, los militares y sus sicarios paramilitares son todos de origen humilde; la burguesía colombiana no sufre de manera directa la guerra; por eso siempre afirman que en Colombia no pasa nada.

A Colombia siempre la ha gobernado una élite sanguinaria que nunca ha admitido reformas sociales. Cada propuesta política diferente ha sido recibida a tiros. Los asesinatos de Jorge Eliécer Gaitán, José Antequera, Bernardo Jaramillo Ossa, Carlos Pizarro León-Gómez, por nombrar a los principales dirigentes que se atrevieron a esbozar un camino alternativo son la muestra más patente. Querían ser presidentes de otra Colombia. Todos proponían una manera nueva de gobernar, y todos pagaron con sus vidas el haber planteado reformas sociales.

Gaitán, que había estudiado a fondo el modelo de seguridad social aplicado en Italia luego de la segunda guerra y podía entenderse como cercano a las ideas socialdemócratas, fue calificado de comunista y asesinado. Una y otra vez los lideres y políticos del cambio son asesinados.

En este escenario, el conflicto colombiano tiene actualmente un ingrediente muy activo: una prensa vendida al proceso paramilitar, que maquilla los muertos, que alaba a los victimarios, que justifica la guerra sucia. Es de esa manera que es elegido Alvaro Uribe, con una promesa populista de acabar con la guerra, terminar con la guerrilla y modernizar el país. ¿Cómo lo hizo? Comprando conciencias, eliminando opositores, gobernadores, alcaldes, senadores…Ahí está el famoso pacto de Realito que se constituyó para refundar Colombia bajo un acuerdo de gobierno, militares, narcotráfico y paramilitares, y donde habían varios uribistas. En Colombia se habla ya de la política y la parapolítica.

5.- Una pregunta difícil: ¿Cuál es la relación entre el narcotráfico, la economía y la política en Colombia?

El tema es demasiado extenso, pero podría decirte que desde 1974 a Colombia la han gobernado presidentes muy amigos del narcotráfico. Esto tiene sus antecedentes luego de la guerra de Vietnam, cuando en Estados Unidos existía una masa de excombatientes y drogadictos que necesitaban urgentemente suministros de droga desde el exterior del país. ¿Quién podría suministrársela? Colombia. Si alguien se tomara el trabajo de revisar las “amnistías tributarias” en Colombia, el rastro del dinero delataría una huella muy marcada que va desde los grandes capos de la mafia hasta el congreso de la república. Periódicamente los gobiernos han facilitado que los dólares de la mafia ingresen a la economía formal.

Desde 1974, el presidente Alfonso López Michelsen coqueteaba con la mafia de la marimba (marihuana). Los siguientes quisieron seguir el ejemplo. En agosto de 1986, César Gaviria Trujillo era el ministro de Hacienda del nuevo presidente Virgilio Barco. Gaviria Trujillo diseñó diferentes amnistías tributarias que permitieron sanear (lavar) millones de dólares al narcotráfico. Posteriormente, en 1990, el viejo ministro de Hacienda recibió todo el apoyo del mundo mafioso para ser presidente de la república. Y Gaviria logró la presidencia. Es apenas lógico. Y así ha venido ocurriendo desde 1974, que cada presidente de Colombia se ha acercado un poco más al narcotráfico.

Con Uribe, en el 2002, llega el asalto final. ¿Para qué contentarse con las migajas del poder cuando lo podían tener todo? Eso han hecho descaradamente los empresarios llevando a un narcotraficante a la presidencia de la república. Estados Unidos conoce de sobra los orígenes del narcotraficante número 82 en las listas de la DEA. No es la primera vez que Estados Unidos se alía con narcotraficantes, ¿No fue así en el escándalo Irán-Contras?, ¿Con quien estaban aliados? Y cuando ayudaban a los Talibán en la guerra ruso-afgana, no financiaban las operaciones con el tráfico del opio? ¿Alguién ha olvidado a Noriega, el presidente narcotraficante que trabajaba para la CIA?

Un ejemplo de la influencia del narcotráfico en la economía colombiana se refleja en un informe de la CEPAL sobre la economía de Latinoamérica en la década de los ochenta. Todos coincidían en una sola frase. Los 80 fue una década perdida. Pero en Colombia no. La economía no sufrió estancamiento. Las empresas e industrias estaban plenamente financiadas. Y vuelvo a citar la razón: los narcotraficantes, con el dinero a manos llenas, aprovechaban las frecuentes amnistías tributarias para legalizar los capitales y crear empresas que realmente activaron la economía, pero sobre una base económica y política que maneja la delincuencia. ¿ Será que las agencias de inteligencia de los Estados Unidos y Europa no vieron esa polvareda de coca? ,¿Y los organismos económicos mundiales tampoco? Esa delincuencia se legitimó y terminó por gobernar Colombia. Se creó primero una base social de narcos vestidos de traje y corbata que al principio eran mirados con reticencia pero luego terminaron abrazándose con la élite tradicional en los grandes clubes sociales de Bogotá y Medellín.

jandresom no está en línea   Responder Citando
 
Page generated in 0,09007 seconds with 11 queries