Truman Duncan trabajaba en una compañía ferroviaria realizando las tareas de conexión entre los trenes cuando resbaló y cayó a las vías del tren mientras éste se encontraba en movimiento. Las ruedas del tren le cortaron ambas piernas, parte de la pelvis y lo dejaron sin un riñón.

Increíblemente, Duncan no perdió el conocimiento y tenía a la mano su teléfono celular. Llamó al 911 y esperó alrededor de 45 minutos a que llegara la ayuda

En la cinta que se grabó aquél día, la conversación fue como sigue:

─Necesito el 911. CareFlite. Creo que estoy cortado en dos ─dijo Duncan

─¿Alguien lo atropelló? ─preguntó la operadora.

─Fui yo ─respondió Duncan─ Creo que voy a entrar en shock. Apúrese, señora, porque estoy a punto de desmayarme.

45 minutos después, llegó la ayuda al lugar donde se encontraba Duncan. A pesar de la masiva pérdida de sangre, estaba consciente e incluso consiguió llamar a su familia mientras esperaba ser rescatado.

Al parecer, las ruedas del tren machacaron y, al mismo tiempo, cerraron algunas de las arterias que de haber sangrado habrían hecho perecer a Duncan en pocos minutos.

Inicialmente, los médicos pasaron 3 horas y media tratando de salvar la vida de Duncan, quitando la grava, la tierra y hasta trozos de plantas. Estuvo tres semanas en coma y fue sometido a 23 cirugías en los siguientes cuatro meses hasta que finalmente fue dado de alta del hospital.

Hubo que hacer modificaciones a la casa de Duncan, pero volvió al trabajo y, aunque le toma una cantidad de tiempo mucho mayor hacer lo que hacía antes, aún así se las arregla para realizar su trabajo. Nada, juega con sus hijos, maneja su propio automóvil y está experimentando con un par de piernas prostéticas.

En resumen: Un ser humano que no se rinde.