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Antiguo 17-11-2009 , 19:51:43   #22
Raistlin
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Raistlin conoce todos los secretos de la reputacionRaistlin conoce todos los secretos de la reputacionRaistlin conoce todos los secretos de la reputacionRaistlin conoce todos los secretos de la reputacionRaistlin conoce todos los secretos de la reputacionRaistlin conoce todos los secretos de la reputacionRaistlin conoce todos los secretos de la reputacionRaistlin conoce todos los secretos de la reputacionRaistlin conoce todos los secretos de la reputacionRaistlin conoce todos los secretos de la reputacionRaistlin conoce todos los secretos de la reputacion
  
Predeterminado Respuesta: Historia de una esposa ejemplar por Paulina Angel.

Cuando llegué a casa eran las doce y mi marido ya estaba durmiendo, cada vez me acostaba más tarde y me resultaba más difícil levantarme para ir a trabajar. La verdad es que a mi hijo sólo lo veía un rato los fines de semana. Estaba perdiendo a mi familia...
Llegó la navidad, época en la que me tocó verme con mis papás y mis suegros. No me veían desde hacía meses, y se quedaron sorprendidos con mi look y mi manera de comportarme. Sobretodo mi mamá, que me preguntó desde cuándo fumaba y quedó aterrada de la forma cómo tomaba trago... También me dijo que estaba gorda y que yo siempre había sido muy flaca. Yo, simplemente, le dije que me había cambiado el metabolismo después de la operación que me habían hecho. Eso sí, los hombres de la familia coincidían en que estaba espléndida.

Por otra parte, mi marido que vivía histérico por mi ritmo de vida se aguantaba que no cuidara el niño, que me gastara todo el sueldo y que llegara a la hora que me diera la gana, por mi cambio en la cama, ya que me comportaba como una puta y le hacía cosas que jamás le había hecho. Típico de los hombres, con tal de tener buen sexo se calman... Es que todos piensan con el pene y no con el cerebro.

Cuando pasó diciembre y sus festividades, pedí cita con Diego. Eso fue un 8 de enero y cuando me vio entrar por la puerta se rió satisfecho de ver su obra. Ese día tenía una blusita que transparentaba el Wonderbra negro y dejaba el ombligo al aire, además llevaba un descaderado que me marcaba la raja de la cuca. La ropa era dos tallas menos y me marcaba al máximo tetas, culo y cuca. En fin, el hecho es que me mandó a desvestir con el mismo gesto que se le dice a una puta.

Una vez desnuda del todo, me pesó. Había engordado 12 kilos en tres meses, había pasado de 54 a 66 kilos. Me tomó las medidas y los 75-45-75 se habían convertido en 95-65-78. Me confirmó que el tratamiento hormonal me había cambiado el metabolismo, y que ahora era una mujer con curvas pero que no debía subir más de peso. Me hizo toser diciendo que ya tenía la tos clásica de fumadora. Las pulsaciones habían pasado de 60 por minuto a 75. Me tomó la tensión, había pasado de 11-6 a 13-8. Me dijo que todos los cambios eran por la dieta, el cigarrillo y el alcohol.

En definitiva estaba comprobando si había cumplido todas las pautas que me marcó. La enfermera (que por cierto estaba buenísima) me sacó sangre para comprobar mi nivel hormonal. Luego me dijo que pasara con la enfermera al baño, para darle una muestra de orina y aplicarme un enema, pues quería verme con los intestinos limpios. Pasamos al baño y delante de ella me puse el frasco entre las piernas y con mucha vergüenza lo llené de orina. Después metió un tubo de plástico por el culo, el cual me abrió con sus dedos, utilizando guantes de látex, y desde una pera me metió agua templada en mis tripas. Yo notaba como me entraba el líquido caliente y se me hinchaba el vientre. Después de meterme un par de litros de agua, me dejó acostada en una camilla en el baño y me dijo que antes de evacuar esperara un rato. Me dejó sola como unos 15 minutos. Yo estaba toda llena y desesperada por evacuar, no podía aguantar mas.

Cuando volvió me dijo que ya podía cagar. Yo la pregunté si me podía dejar sola, pero me contestó que Diego le había ordenado que tenía que estar ahí todo el tiempo. Así que toda desnuda y con ella en frente expulsé todo el agua mezclada con mis excrementos. Luego me acompañó a donde estaba Diego. Cuando salió la enfermera, él me dijo que me recostara en el sillón ginecológico abierta de piernas. Comprobó la dilatación de vagina y culo, y me felicitó por cumplir los deberes con los consoladores.

Luego empezó a chuparme mi cuca depilada (con la depilación láser ya no me ha vuelto a salir pelo en esa zona) durante un rato... Cuando terminó me había hecho llegar dos veces. "Tu cuca sabe a perra en celo", comentó. Acto seguido, se abrió la bata y se bajó la cremallera, ordenándome que le mamara la verga. Se la empecé a lamer como una zorra, mirándolo siempre a la cara, y me sentía feliz de sentir cómo se le iba endureciendo en mi boca. Me agarró la cabeza y empezó a meterla y a sacarla como si me estuviera comiendo por la garganta... Casi no podía respirar!.

Cuando estaba saliendo el líquido previo a la eyaculación, me la sacó de la boca, me tiró al suelo, se puso atrás y de un empujón me la clavó en el culo; me dolió menos que la primera vez porque mi culo ya estaba bastante dilatado, me culeaba con fuerza, como si quisiera hacerme daño. Yo, mientras tanto, me agitaba el clítoris con todas mis ganas. A los diez minutos me la volvió a sacar, me volteó y abriéndome las piernas me la metió en mi mojada vagina. Por primera vez me comía por ahí, estaba emocionada. Al cabo de otros 15 minutos, derramó su leche caliente dentro de mi cuca. Se salió y me dijo que se la limpiara con la boca.

Se arregló y me dio un Kleenex para que me limpiara. Llamó la enfermera para saber si ya estaban los resultados de los análisis. Los trajo y se me quedo mirando con una sonrisa burlona mientras se iba.
Los niveles de hormonas femeninas estaban disparados, el colesterol y la glucosa me habían subido. Llamó a una amiga suya para que viniera, dijo que quería que la conociera, antes de irme.

Mientras que la amiga llegaba, me indicó las pautas a seguir en el próximo trimestre, indicando que el tratamiento hormonal lo tenía que seguir durante otros 9 meses para que las curvas se quedaran donde estaban de forma irreversible. Me puso una dieta a base de cereales para desayunar, verdura, y carne y pescado a la plancha, y de postre sólo yogures o fruta. Me mandó a hacer aerobicos 4 días por semana, acotando que al principio me iba a costar, pero que me quería con los músculos bien tonificados. Insistió mucho en que no dejara de fumar y tomar. Por último me recomendó un cirujano plástico amigo para que me operara los labios, me subiera los pómulos y me quitara la papada. Además para eliminar los efectos del embarazo me harían una liposucción y elevación de abdomen. Las tetas las dejaba para el siguiente trimestre.

Entonces llegó la mujer que me quería presentar, se llamaba Ana. Era muy linda, era una morena tipo italiana, con el pelo cortico. Yo diría con tacones 1,80 de altura, 90-60-95, unos 30 años, y labios carnosos. Muy maquillada en tonos rojos, vestido muy ajustado a la altura de los muslos y botas largas. Diego me dijo que ella era enfermera, que había emepezado trabajando con él en el hospital y que ahora trabajaba para una revista de modas. Que ella había seguido mi mismo proceso y que ahí estaban los resultados a la vista. A todo esto yo seguía desnuda y Ana me miraba descaradamente.

Diego me mandó a vestir. "A partir de ahora van a ser amigas inseparables y la influencia de Ana va a ser muy positiva para tí", concluyó. Y vaya si lo fue! Mi relación con Ana, me hizo perder definitivamente mi familia, mi trabajo, y entrar en un tipo de vida del que no he podido salir...

Finalmente, me dijo que no me quería ver sino hasta dentro de tres meses, ya operada y tonificada por el ejercicio. Me aconsejó hacer todo lo que Ana me dijera, que cuando él no estaba ella era la que mandaba y que si no hacía cualquier cosa que me ordenara habíamos terminado para siempre.

Me quedé un poco preocupada ¿Qué era lo que esa mujer me haría hacer?.

Cuando salimos de la consulta me ofreció un cigarrillo y me dijo: "No te preocupes, ya vas a ver que vamos a ser muy amigas y muy unidas, además los pasos más difíciles ya los has dado Paulina". Me invitó a hacer las primeras sesiones de aerobicos, entonces me tocó llamar desde el celular a mi secretaria para decirle que se había complicado la consulta con el médico y que no volvía hasta mañana. Nos fuimos en mi carro para el gimnasio y mientras yo manejaba, me metía la mano descaradamente. Me decía que antes de 15 días tenía que operarme para estar bien buena y así poder alternar con ella y su grupo de amigos sin desentonar.

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Yo era un parásito y me reinserté
Parásito reinsertate al foro, Denunciando y tú familia te esperan

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