El secuestro de 12 jóvenes cuando jugaban un partido de fútbol en El Chururú, municipio de Fernández Feo, en el estado venezolano de Táchira, y la posterior masacre de 11 de ellos, entre los cuales había nueve colombianos, aumentaron las tensiones existentes entre Colombia y Venezuela, y desataron un cúmulo de hipótesis sobre los posibles autores de la masacre, a las que se sumaron declaraciones de funcionarios venezolanos que insinuaron que los jóvenes no solo eran indocumentados sino que podrían estar relacionados con grupos criminales colombianos, y denuncias del gobernador de Táchira Óscar Pérez, miembro de la oposición, en el sentido de que la guerrilla se mueve en la zona como 'Pedro por su casa' con la complacencia del gobierno de Chávez y sus fuerzas militares.
Para acabar de enrarecer el ambiente, ya de por sí turbio y confuso, la Cancillería venezolana hizo llegar el lunes pasado a la Embajada de Colombia en Caracas una nota de protesta en la que desempolva la teoría de que existe un complot para asesinar al presidente Hugo Chávez en el que supuestamente están involucrados miembros del DAS. "En las investigaciones realizadas se ha decomisado documentación que se refiere a un gran plan de conspiración y desestabilización en contra de Venezuela, con repercusiones en la región, lo cual contraviene los principios del Derecho Internacional que rigen las relaciones entre Estados soberanos", dice la nota que, además, hace referencia a "la reiterada presencia en territorio venezolano de funcionarios del DAS, detectados realizando labores de espionaje e intentos de soborno, actividades claramente inamistosas y tipificadas como delito por el Código Penal venezolano".
Alertados por la denuncia del supuesto complot, los servicios de Inteligencia colombianos empezaron a atar algunos cabos y a encontrar piso para la hipótesis según la cual el ex director de Informática del DAS Rafael García, conocido como "el ventilador" por sus revelaciones sobre la infiltración paramilitar en el organismo de seguridad durante la administración de Jorge Noguera (2002-2005), podría estar ayudando a alimentar el entramado del complot. A García, quien fue capturado en 2005, condenado a 11 años de cárcel en 2006 y dejado en libertad en noviembre de 2008 gracias a una considerable rebaja de penas por colaborar con la Justicia, le han seguido la pista y saben que tras un frustrado intento para obtener asilo político en Uruguay, buscó refugio en Venezuela.
Según los investigadores colombianos, García habría sido reclutado por el general Hugo Armando Carvajal, el hombre fuerte de los servicios de Inteligencia del Ejército venezolano y el oficial de mayor confianza del Presidente, también conocido como "el Montesinos de Chávez", y quien, según le dijo a CAMBIO un alto funcionario colombiano que conoce el asunto, "le ofreció a García el 'oro y el moro' para que se convirtiera en testigo clave dentro del expediente del supuesto complot contra el presidente Chávez denunciado por primera vez desde Caracas hace ya algún tiempo".
Por otra parte, investigadores de los servicios de Inteligencia colombianos saben que García fue contactado en Venezuela por una abogada de la mafia que le ofreció "información actualizada" para reforzar la estrategia de desprestigio del Gobierno colombiano y sostener la historia del complot criminal contra el mandatario venezolano. Pero, ¿por qué la mafia estaría interesada en alimentar la teoría del complot para desprestigiar al Gobierno colombiano? Varias fuentes consultadas coinciden en que los jefes paramilitares extraditados a los Estados Unidos que se consideran traicionados por el Gobierno quieren vengarse y que para ello estarían aprovechando la oportunidad que les ofrece la presencia de García en Venezuela. Cierta o no esta hipótesis, lo que las autoridades pudieron confirmar con la conversación de la abogada y García es que este se encuentra en Venezuela, como lo había insinuado días antes de salir de La Picota, cuando declaró a los medios que buscaría asilo en el exterior y que le interesaba en particular una oferta que le estaba haciendo ese país.
Cabe recordar que García dijo en varias oportunidades a diferentes medios y también en declaraciones ante la Fiscalía, que existió un plan para derrocar y asesinar a Chávez del cual habían hecho parte el director del DAS Jorge Noguera y el bloque Norte de las Auc. "Hubo toda una conspiración contra el Gobierno venezolano, del cual hasta donde yo sé participaron facciones del bloque Norte y del DAS", dijo García en una entrevista a Noticias Uno en septiembre pasado, y agregó que en el plan participaron, además, ganaderos de la zona fronteriza y que Rafael Alonso, hermano de la cantante María Conchita Alonso, había recibido en su finca una avanzada de 70 paramilitares que luego fueron capturados por las autoridades. También dijo que para concretar el plan, Noguera creó un grupo cuyos objetivos eran asesinar también al ex vicepresidente José Vicente Rangel, al ex ministro de Interior Jessi Rodríguez Chacín y al fiscal general Isaías Rodríguez.
Lo que pocos saben es que una investigación de la periodista venezolana María Angélica Correa, que se convirtió en libro el año pasado, demuestra que Giovanni Vásquez de Armas, un paramilitar desmovilizado en el Magdalena, fue aleccionado por los servicios de Inteligencia venezolanos para que relatara en los estrados judiciales una historia semejante a la que ha contado García: que en 2004, el DAS, bajo la dirección de Jorge Noguera, concertó con paramilitares un plan para "asesinar o sacar del poder a Chávez".
La versión del supuesto complot en su contra, urdido desde Colombia con participación de miembros del DAS, la repitió el presidente Chávez en la cumbre de Unasur el pasado 28 de agosto en Argentina, y es la misma que ahora está reciclando, con el ingrediente adicional de que anunció que varios funcionarios del DAS están detenidos en Venezuela.