Hay unos que cumplen, pero la inasistencia de los 'padres de la patria' se ha vuelto crítica.

En un mes el Congreso sesiona, escasamente, ocho días. Y eso les reporta a senadores y a representantes $21'045.628 (42,3 salarios mínimos mensuales). Es decir, un congresista se echa al bolsillo $701.520, cada 24 horas.

Y a pesar de que muchísimos colombianos desearían ganarse este monto ($701.520.oo) en solo una jornada, algunos congresistas reciben esa plata sin siquiera ir a trabajar. Otros, igual se la 'ganan' solo por estar un ratico en el recinto.

Tanto, que el actual presidente del Senado, Javier Cáceres, cree que sería bueno establecer que "en los períodos preelectorales no se sesione, pero tampoco se pague".
Un caso concreto se pudo apreciar el miércoles 14 de octubre. De un momento a otro solo quedaron 25 de los 102 senadores en el recinto y la sesión se tuvo que levantar.

Para remediar la situación, Cáceres anunció que descontará días de sueldo a los ausentistas.
Si bien un día de salario equivale a 701.520 pesos, solo se les puede descontar 471.171 pesos, pues no todo el sueldo es susceptible de afectación.
En caso de que se aplique la sanción anunciada por Cáceres, los primeros disciplinados serían: Piedad Córdoba, Gustavo Petro y Claudia Rodríguez, quienes ese día faltaron sin excusa.

Y si bien en el Senado apenas comienzan con los descuentos, en la Cámara la situación es diferente. Según su secretario, Jesús Alfonso Rodríguez, allá sí están aplicando la sanción a los que 'capan'.
En 2008 se hicieron descuentos a 32 representantes. La última sanción corresponde a la sesión del 17 de diciembre de 2008, cuando se votó el referendo reeleccionista. Fueron multados 10 representantes.
Excusas, como en el colegio
Un congresista que no asiste tiene derecho a presentar una excusa a la Comisión de Acreditación (integrada por congresistas), que determina si se impone la sanción.
Pero los congresistas son como niños a la hora de dar explicaciones. EL TIEMPO conoció que el representante Hermes Hurtado argumentó en una ocasión que no alcanzó a llegar a la sesión por un trancón; su colega Carlos Gálvez presentó la constancia de una cita odontológica, pero no se la valieron porque no coincidía con el día de la falla; Rodrigo Hernández dijo que enfermó, pero no presentó excusa médica; y Gilberto Rondón en otra ocasión se defendió diciendo que estaba fuera del país y no alcanzó a llegar.

En la actualidad hay cerca de 300 proyectos en trámite en el Congreso y el ausentismo hace temer por su suerte.
"El Gobierno está muy preocupado con esta situación y con la lentitud legislativa (...) Tengo la esperanza de que el Congreso reaccione para que podamos estudiar estas propuestas vitales para el país", dijo el ministro del Interior, Fabio Valencia.

Lo que está pasandoPara muchos en el Congreso, la ausencia de sus miembros se debe a que la mayoría de parlamentarios quiere hacerse reelegir y le da prioridad a la campaña, por encima del trabajo legislativo.
Pero el presidente de la Cámara, Édgar Gómez, tiene su propia explicación: que la Reforma Política, hecha para mejorar la labor legislativa, exige que los congresistas estén presentes a la hora de votar. Algo obvio, que antes se podía eludir con prácticas como el 'pupitrazo'.
También se acabó la práctica de los secretarios de determinar el quórum a ojo. "Así hubiera pocos congresistas, el secretario se limitaba a decir: '¡Aprobado!' Y su versión era un hecho, nadie verificaba el número de asistentes", dijo el representante Venus Albeiro Silva.

Todavía persiste la costumbre de registrarse, estar un rato en el recinto, dar una vuelta, y perderse. Por eso, ahora, cada vez que hay votación, se hace una verificación indirecta del quórum.
Ese hábito de registrarse y salir 'volado' se evidenció en la plenaria del pasado 14 de octubre, cuando a las 12 del mediodía estaban inscritos 126 representantes, pero al votar solo hubo 87. Y una hora después en el registro aparecían 138, pero la votación se mantuvo en los mismos 87.
Aunque el ausentismo ha sido una tradición en el Congreso, esta vez el problema parece más protuberante. Son sus mismos directivos los que se quejan.
"El ausentismo nos ha afectado bastante, hemos tenido que levantar sesiones y tenemos la agenda represada", se quejó Gómez. Cáceres, un poco avergonzado, admite que "estamos quedando mal ante el país, porque cobramos y no trabajamos".
Lo que dicen los congresistas sobre su inasistencia a las sesiones
Para el senador liberal Héctor Helí Rojas, los congresistas no asisten porque están buscando su reelección. "Los que vienen a sesionar están perdiendo votos con los que está en campaña", dijo.
El senador del Polo Gustavo Petro atribuye el ausentismo a que el Congreso no tiene "desde hace mucho tiempo una agenda legislativa del Gobierno".
A juicio del candidato presidencial, el Ejecutivo "se ha concentrado en quedarse en el poder, abandonando los temas que sí son realmente importantes para Colombia".
Entre tanto, el representante conservador Pedrito Pereira dijo que "la etapa preelectoral" es la principal causa del ausentismo.