Muchos países de Sudamérica han venido haciendo inversiones militares a una escala dramática, que hace pensar en que en la región hay una carrera armamentista

La causa parece radicar en el acuerdo militar que estaría próximo a firmarse entre Colombia y los Estados Unidos, a través del cual Colombia autoriza que soldados norteamericanos estén en bases militares colombianas. La misión, según el gobierno colombiano, tiene como fines combatir el terrorismo y el narcotráfico y asegura que Estados Unidos no hará intervensionismo en los países aledaños. Pero parece que así no lo ven países como Venezuela y Bolivia, que ya han empezado a armarse ante la posible amenaza que represente la presencia de militares norteamericanos en Sudamérica.

Venezuela desde hace algunos años ha venido realizando acuerdos militares, más especialmente con Rusia, con quienes han adquirido aviones de combate Sukhoi de última generación, eso sólo por mencionar otras adquisiciones del gobierno de Hugo Chávez. Por otra parte, Brasil recientemente celebró un acuerdo de cooperación con Francia, adquiriendo modernos aviones de combate Rafale y submarinos, incluyendo la cooperación para construir un submarino de propulsión nuclear, más no incluyó entre las razones la presencia de contingente estadounidense en Colombia. Bolivia también adquirió en las últimas semanas 8 aviones Shengyang y Paraguay analiza la posibilidad de comprar aviones de combate. ¿Está Colombia prestándose a intereses ajenos?, ¿son los soldados norteamericanos en Colombia una amenaza para la región?, ¿o estos países están creando enemigos invisibles para poder justificar armarse tanto?

En todo caso, da tristeza que estos países, muchos con problemas sociales tan hondos como la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo y el hambre, estén invirtiendo tanto en armamento que, posiblemente, sea obsoleto. Tanto que hablan de inversión social, ¿que inversión social hay en las armas?