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Denunciante Bronce
 |  Historia de un inocente que estuvo cuatro días en la cárcel por culpa de la clonación de su cédula
Calificación: de
5,00
 |  Cuando Luis Orlando Niño Arias salió de la cárcel La Picota dejó ver una inmensa sonrisa. El pasado viernes 9 de octubre, a las 11:30 de la mañana, Niño se percató de que al frente de la Ferretería El Despunte, de su propiedad, en la carrera 29 No. 8-39, del Ricaurte, se registraba una riña porque dos volquetas impedían el paso de un carro particular. "Yo salí para saber qué había pasado, y terminé involucrado. La próxima vez que vea algo así, voy a cerrar los ojos", bromeó Niño minutos después de recobrar la libertad. Unidades de la Policía de los Mártires llegaron al lugar para calmar los ánimos y le pidieron la cédula de ciudadanía al comerciante. El uniformado, radio en mano, le entregó el número de identificación personal de Niño a la Central, pero según el implicado el Policía se equivocó en el último dígito. La respuesta de la Central fue contundente: Niño era requerido por la justicia desde el 2005 por delitos de violencia contra empleado oficial y porte ilegal de armas. De inmediato fue subido a una patrulla y entregado a la Sijín. El subcomandante de la Policía de los Mártires, mayor Victor Manuel Gil, niega la equivocación en la información sobre el número de la cédula. "Me queda muy difícil establecer la responsabilidad en este caso. La Policía se limitó a verificar en el sistema los antecedentes de este ciudadano y nos aparecieron los dos delitos", aseguró el oficial. Durante el pasado puente festivo (entre el viernes y el lunes), Niño permaneció retenido en los calabozos de la Sijín de la Policía. A la Picota El martes, fue trasladado intempestivamente a la cárcel la Picota, en el sur de Bogotá. No hubo audiencia ni reseña, simplemente lo llevaron al patio 1, donde purgan largas condenas presos que pertenecieron a la guerrilla. A su llegada a la Picota, Luis Niño fue identificado como el interno 279402. Su primera noche fue dramática. "Dormí en un pasillo. Al otro día mis familiares me hicieron llegar una colchoneta y una cobija", contó Niño, vestido con la misma ropa con la que fue detenido: un saco de lana amarillo, jeans y tenis azules con tres rayas blancas a los lados. En su segunda noche, el comerciante era conocido en el patio con el alias del 'Colombiano'. A las 3 de la tarde, recibía su ración de alimento compuesto por arroz, papa, "un pedacito de carne y limonada", recuerda. Su poco tiempo en la cárcel no fue impedimento para que hiciera amigos. Un hombre apodado 'el Tolima' fue su ángel guardian; "no dejó que me robaran". Óscar, su hijo de 20 años, contactó a Juan Carlos Ocampo, delegado de la Personería de Bogotá, en la localidad 17 de la Candelaria. El funcionario y una delegada de esa misma entidad, Mónica Naranjo, lograron demostrar que a Niño se le había violado el debido proceso por medio de un recurso de Habeus Corpus. "Lamentablemente hubo ligereza en la identificación plena de esta persona. Se faltó al debido proceso y se le vulneró el derecho a la libertad y al buen nombre, explicó la delegada Naranjo. FABIÁN FORERO BARÓN
REDACTOR EL TIEMPO
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