No tiene nada de malo que un grupo de oficiales de la policía se reúna a jugar
Wii Sports; es más, hasta se supone que el juego ayuda a mantenerse
en forma. El problema empieza cuando juegan con la
consola durante horas de trabajo, y peor si lo hacen en la misma casa en la que están realizando una redada antidroga.
Estos oficiales del estado de la Florida, EEUU, se divirtieron por nueve horas (sí, nueve) en el hogar del sospechoso mientras "buscaban" drogas. Una cámara de seguridad les captó en el acto, que ahora hasta les podría costar sus empleos. El sheriff Grady Judd, jefe de estos oficiales, dice que simplemente "no hay cómo explicarlo" y que el acto representa "una vergüenza para la organización". En fin, esto sólo demuestra que nadie puede resistirse a una buena partida de bolos en la consola de Nintendo.
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